El sector bancario da por descontado un incremento de la morosidad en los próximos trimestres. El final de los periodos de moratoria impulsados desde el sector para frenar el impacto del colapso económico producido por la covid-19 y las más que evidentes dudas acerca de la fortaleza de la recuperación hacen temer a la banca lo peor. Esta situación pilla a las seis mayores entidades que cotizan en el Ibex 35 con 70.496 millones de euros en créditos dudosos a cierre del septiembre, una cifra para la que mantienen un cobertura media del 67%.
La semana pasada, José Sevilla, consejero delegado de Bankia, adelantaba una reflexión: “A medida que se retrase la recuperación económica, la crisis de liquidez de ciudadanos y empresas puede convertirse en una crisis de solvencia”. Después le tocó el turno a Gonzalo Gortázar, su homólogo en Caixabank, que advirtió del incremento de la morosidad en 2021, tanto en los créditos a las empresas, como en los créditos al consumo para particulares.
Todas las estimaciones vienen repletas de malos augurios. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, aseguró a finales del pasado mes que “las previsiones sugieren que se va a producir un aumento significativo de la tasa de dudosos en los próximos meses incluso en el escenario más benigno”. Hay quienes, como Jaime Guardiola, consejero delegado de Banco Sabadell, son más pesimistas aún, y adelantan el cambio de tendencia incluso al cuarto trimestre del año en curso.
Los bancos han conseguido mantener a raya la tasa de morosidad durante los tres primeros trimestres del año. En la mayoría de los casos han reducido algo los niveles de finales de 2019. Pero muchas de las medidas que las diferentes autoridades e instituciones pusieron en marcha en marzo pasado tocan a su fin. Han conseguido que el deterioro de las cuentas de resultados empresariales y las rentas familiares no haya impactado de lleno en los índices de morosidad bancarios hasta la fecha. Pero todo llega a su fin.
Incremento de las provisiones
Un aumento de la cifra de créditos dudosos obligaría a las entidades a incrementar las provisiones, lo que repercutiría muy negativamente en la cuenta de resultados, como ya se ha visto reflejado en los resultados de los nueve primeros meses del año. Banco Santander, por ejemplo, presentó unas pérdidas por importe de 9.048 millones después de provisionar 9.562 millones, un 58% más. BBVA perdió también15 millones después de dedicar a saneamientos 5.074 millones.
Los bancos han seguido al pie de la letra las instrucciones del Banco de España, que ha pedido a sus gestores un reconocimiento adecuado y a tiempo del deterioro efectivo de la calidad de las exposiciones crediticias a través del cumplimiento de las guías supervisoras. En la primera mitad del año, los bancos duplicaron sus provisiones temiendo problemas en su cartera crediticia. En el tercer trimestre está tónica ha continuado, a pesar del importante aumento de la actividad económica.
Los bancos con más riesgo
Banco Santander y BBVA son, como es natural, los que soportan un mayor riesgo. Santander ha reducido la mora del grupo del 3,47% al 3,15% en los últimos doce meses, pero en España sigue alta, en el 5,98%, con una cobertura del 46%. En calidad de dudosos mantiene 30.894 millones de euros, 3.500 millones menos que hace un año. En el tercer trimestre ha tenido unas entradas netas de 1.595 millones. Las moratorias concedidas en el grupo han ascendido a 114.000 millones, de las que el 66% ya han vencido. Quedan “expuestos” otros de 39.000 millones de euros, de los que un 62% son hipotecas residenciales en Europa y sólo un 8% créditos al consumo. Únicamente un 2% están catalogadas como “dudosas”.
En BBVA la situación es muy pareja. El crédito dudoso asciende a 16.200 millones, en línea con la media del año, con una cobertura del 85%, ocho puntos porcentuales más alta que hace un año. En moratoria de pago mantiene 8.900 millones, aunque un 79% de éstos han reanudado los compromisos. Un 11% ha solicitado un segundo aplazamiento de pagos.
Los créditos dudosos en Caixabank ascienden a 9.100 millones y en moratoria, a 11.000 millones, de los que el 97% cumplen con sus obligaciones de pago. Bankia, con la que se fusionará en el primer trimestre del próximo año, no consigue doblegar sus cifras. Los créditos con problemas suman 6.458 millones, la misma cantidad que a finales de 2019, aunque las entradas brutas han ido descendiendo a medida que transcurría el año. En moratoria hay 4.136 millones en préstamos hipotecarios y 346 millones, en préstamos al consumo.
En Banco Sabadell el saldo de crédito dudoso es de 6.127 millones a cierre del tercer trimestre un nivel similar al de hace un año, para un saldo vivo de 144.000 millones. Los préstamos en moratoria ascienden a 3.660 millones, y se concentran casi en su totalidad en el sector hipotecario. En Bankinter, el riesgo es de 1.762 millones, ligeramente inferior al de septiembre de 2019. Está cubierto en un 62%. La morosidad es de las más bajas del sector: un 2,51%.