La banca choca con el Banco de España por el colchón extra de capital. El supervisor anunció ayer que exigirá al sector unos 7.500 millones de euros hasta octubre de 2026 para dotar una ‘hucha’ que pueda ser utilizada en futuras crisis económicas. Pero a las entidades no les gusta esta herramienta prudencial y advierten de que puede frenar la concesión de crédito, según trasladan a Vozpópuli fuentes bancarias.
“Lógicamente detrae capital y, en teoría, puede tener efectos sobre el crédito”, señalan fuentes próximas a las grandes entidades del país, que, en cualquier caso, defienden la posición robusta del sector para financiar a la economía.
El propio gobernador, Pablo Hernández de Cos, admitió ayer que activar el colchón anticíclico puede impactar en el crédito, aunque minimizó sus efectos por su aplicación gradual. Hay voces en el sector que apuntan a diferenciar por entidades, porque la mayoría cuenta con niveles cómodos de solvencia.
"Subiendo al 1% los requerimientos del colchón anticíclico no vamos a evitar que un banco caiga", Gloria Ortiz, consejera delegada de Bankinter
El supervisor ha iniciado el proceso de revisión del marco de fijación del conocido como colchón de capital anticíclico (CCA), que tiene que pasar por el trámite de audiencia pública. Se contempla fijar en el 0,5% el porcentaje del CCA correspondiente a partir del cuarto trimestre de 2024, que será de aplicación a partir del 1 de octubre de 2025.
Posteriormente, y siempre que los riesgos sistémicos cíclicos se mantengan en un nivel estándar, exponen desde el Banco de España, previsiblemente se elevará hasta el 1% el porcentaje del CCA correspondiente a partir del cuarto trimestre de 2025, que será exigible a partir del 1 de octubre de 2026.
Críticas en público
“Hay apetito de más capital y más capital. Pensamos que subiendo al 1% los requerimientos del colchón anticíclico no vamos a evitar que un banco caiga”, reprobó ayer Gloria Ortiz, consejera delegada de Bankinter, durante unas jornadas bancarias organizadas por IESE y FTI Consulting.
"El Banco de España y los bancos llevan meses enfrentados por sacrificar los niveles de capital, más bajos que en Europa, para destinar hasta el 60% de los beneficios a pagar dividendos
El gobernador justificó la medida en un ciclo en el que los bancos están obteniendo beneficios récord gracias a los tipos altos. Este contexto está disparando la rentabilidad sobre patrimonio, conocida como ROTE, que ya cubre el coste de capital entre los grandes bancos. De hecho, como quiso dejar claro Hernández de Cos, el sector podrá usar para este nuevo requisito los beneficios de este año, de 2025 y 2026.
Precipitación
El carácter gradual es lo único que convence a los bancos, según fuentes bancarias. En el seno de las grandes entidades se considera que no se trata del momento “oportuno” por dos razones principales: no hay riesgo de burbuja de crédito y en Europa todavía se está pendiente de cambios regulatorios sobre capital. Es más, las entidades critican al Banco de España de cierta “precipitación”.
El supervisor y los bancos llevan meses chocando por el nivel de capital. De hecho, el organismo con sede en Cibeles ha reprendido al sector por sacrificar solvencia para repartir mejores dividendos, con lo que se distancia de Europa. Y ha criticado que la banca española sólo ha mejorado su ratio de máxima calidad CET1 apenas 17 puntos básicos, hasta el 13,2%, para repartir más dividendos.
Una tendencia que contrasta con el resto de competidores de Europa y que ha provocado una mayor distancia en cuanto a niveles de solvencia se refiere. Los bancos europeos gozan de media de una ratio de capital CET1 del 16,5%.
Por el contrario, las políticas de distribución de dividendos han aumentado considerablemente como medida para atraer a los inversores. Entre los bancos españoles, el pay out (porcentaje del beneficio destinado al pago de dividendos) con cargo a los resultados de 2023 se situó en una horquilla de entre el 40% y el 60%.
En el Banco de España descartan, en cualquier caso, la activación del colchón anticíclico para tratar de influir en la política de distribución de dividendos.