La apuesta de BBVA por Turquía está en entredicho. El grupo acumula una minusvalía latente de más de 1.200 millones de euros en su filial Garanti a cierre de las cuentas de 2022, lo que supone el 15% de la inversión desde que inició su andadura en el país otomano hace más de una década. La crisis de precios le costó 1.500 millones a BBVA el pasado año, justo cuando Onur Genç, consejero delegado, decidió redoblar su estrategia en su país de origen y lanzó una opa para hacerse con el 86% de la filial.
El grupo ha ajustado al alza el apunte contable de esta participación, que pasa de los 2.800 millones a los 7.100 millones, según consta en las últimas cuentas anuales. Un salto de más del doble en el valor en libros de la filial Garanti que recoge el aumento de la inversión del 49,85% al 86% ejecutado en mayo.
También se debe parte al impacto positivo que se genera en patrimonio y capital tras aplicar contabilidad por hiperinflación durante todo el ejercicio, como explican fuentes oficiales de BBVA. Además contribuyen los resultados generados por la filial, que obtuvo unas ganancias de 509 millones, cuando la cúpula descontaba que la aportación sería "casi nula".
BBVA se convirtió en 2011 en la primera y única entidad española en desembarcar en Turquía. La filial tiene un valor en libros de 7.100 millones, según las últimas cuentas de 2022"
BBVA ha invertido más de 8.300 millones desde 2011 en Garanti en cuatro tramos. El valor en libros ajusta el desembolso inicial por los beneficios no distribuidos y sobre todo por el derrumbre de la lira turca frente al euro, entre otros ajustes. La elevada inflación, que cerró diciembre con una tasa interanual del 64,3%, y una política monetaria muy laxa penalizaron la divisa turca, que perdió casi un 24% frente a la moneda única europea durante el pasado año.
Tanto Genç como Carlos Torres, presidente de BBVA, siguen defendiendo a capa y espada esta inversión de hace doce años, en tiempos de Francisco González. Desembarcó en el país con la compra de un 25,01% de Garanti a Dogus y General Electric. Y desde entonces ha aumentado su participación hasta hacerse con el 86% en 2022, cuando lanzó una opa voluntaria sobre las acciones que no controlaba.
El grupo batió récords de beneficios en 2022, pero sin la contabilidad por hiperinflación derivada de la crisis de precios en Turquía, el resultado habría rozado los 8.000 millones de ganancias, un nivel nunca visto en los 165 años de historia del banco.
Un facto de riesgo y de inestabilidad
En la memoria anual, el grupo presidido por Carlos Torres volvió a incluir entre los factores de riesgo del negocio los riesgos asociados a las condiciones políticas, económicas y sociales en Turquía. "Turquía hace frente a una crisis económica caracterizada por: una fuerte depreciación de la lira turca; una elevada inflación, un notable aumento del déficit comercial; el agotamiento de las reservas de divisas del banco central; y un coste creciente de la financiación externa", explica la entidad.
De hecho, el grupo avisa a los inversores de que si persisten estas condiciones económicas "desfavorables" en el país otomano, tales como una inflación elevada y la devaluación de la lira turca, podrían aumentar la morosidad en la filial, que cerró en el 5,1% en 2022, por encima del 3,4% medio del grupo.
La inversión de BBVA en Turquía se ha visto sacudida en los últimos días por los terremotos, que han tenido varias réplicas en el país. El Banco Central de Turquía ha vuelto a bajar los tipos para apoyar la recuperación tras el seísmo y el tipo de referencia se coloca en el 8,5%. Esta nueva flexibilización en la política monetaria puede tensionar al alza nuevamente los precios.
