El Banco Central Europeo (BCE) marca sus líneas rojas en la sucesión de Manuel Azuaga. El supervisor único quiere a toda costa cerrar la crisis de gobernanza que arrastra Unicaja desde la fusión de Liberbank en 2021, para lo que exige que la entidad fiche a un independiente para hacerse cargo de la presidencia institucional, según trasladan a Vozpópuli distintas fuentes financieras.
Fuentes oficiales del BCE y de Unicaja prefirieron no hacer comentarios al respecto. Azuaga, de 76 años, anunció el pasado 24 de noviembre al consejo su renuncia para activar su plan de sucesión un año antes de lo previsto. El presidente de Unicaja tenía mandato como consejero, ahora como externo, hasta abril de 2025.
El presidente de Unicaja ya había cedido todos sus poderes ejecutivos en septiembre a favor de Isidro Rubiales, su mano derecha y nuevo consejero delegado. Como condición, según fuentes financieras, Azuaga se comprometía a ser sustituido por un externo.
"En el BCE se quiere evitar cualquier réplica de la crisis de gobernanza que libraron durante años el bloque malagueño y el asturiano para proteger su reputación
El supervisor único quiere ahora hacer valer este pacto y pide que el sustituto además se siente bajo la categoría de independiente en el máximo órgano de gobierno, como señalan fuentes próximas al BCE. El cazatalentos Spencer Stuart ya está entrevistando a posibles candidatos que cumplan con este perfil.
Dentro de la casa se apostaba por Antonio Carrascosa, que entró en verano como consejero independiente. El exdirector general del Frob cumpliría con las pretensiones del supervisor, aunque en Francfort se quiere aprovechar la salida de Azuaga para reforzar el consejo con otro independiente.
Más peso de los independientes
El consejo de Unicaja cuenta en la actualidad con 14 miembros, tras el sillón como dominical que dejó vacío el fondo Oceanwood en agosto. Seis de estos son independientes y el supervisor quiere sean mayoría, como indican fuentes internas. Con un presidente bajo la condición de independiente, se equilibraría el peso.
Como recogía en el orden del día la junta extraordinaria del mes pasado, el banco andaluz pretende cubrir la vacante del fondo, que era uno de los grandes defensores de Manuel Menéndez.
En este caso, el BCE también presiona a la cúpula para que nombre otro independiente, aunque chocaría con los planes de Tomás Olivo, que ha reforzado su inversión en la entidad por encima del 9% y se ha convertido en el segundo mayor accionista.
"La participación de Tomás Olivo supera a la de los dueños de Mayoral, que se sientan en el consejo con un dominical
La cuestión es que Olivo tiene más participación que, por ejemplo, los dueños de Mayoral (8,5%), que tienen un sillón como dominical. Esta circunstancia cuestionaría el derecho societario, en el que se prima que los puestos en el consejo de los accionistas se reserven a aquellos con más inversión.
Quejas de los accionistas para reclamar un sillón
“Está bien que el BCE quiera más independientes, pero al final los que ponemos el dinero somos otros”, señalan a este medio desde el entorno de uno de los grandes accionistas de Unicaja que piden el anonimato.
De momento, como publicó este medio, Olivo busca un consejero afín que cumpla con los criterios de idoneidad del supervisor antes de pedir de forma oficial un sillón en el máximo órgano de gobierno. Algunas fuentes lo retrasan a los primeros meses de 2024.
Llegados a este punto, se podría desencadenar otro choque entre la cúpula de Unicaja y el BCE. El banco, en cualquier caso, quiere llegar a la junta ordinaria que se celebrará en primavera con los deberes hechos.