Más beneficios récord en plena batalla por el impuesto a la banca. CaixaBank obtuvo unas ganancias netas atribuidas de 3.659 millones de euros entre enero y septiembre, lo que supone un 48,2% más respecto al mismo periodo del año pasado.
En sólo nueve meses ha superado el beneficio logrado en el ejercicio completo de 2022 y a pesar de pagar una factura de 373 millones por el 'impuestazo'. Estas ganancias sólo son superadas por las registradas tras la fusión con Bankia en 2021, cuando logró un beneficio de 5.226 millones al anotarse plusvalías contables de unos 4.300 millones por la compra de la entidad nacionalizada.
La clave de la cuenta fue el margen de interés, que mide el negocio típico. Esta partida se disparó un 60,7% gracias a las diez subidas consecutivas del precio del dinero, que se sitúa ya en el 4,5%. Las comisiones por la venta de productos financieros, como seguros o fondos de pensiones, cayeron un 5,3%, aunque los ingresos totales crecieron un 30% gracias sobre todo al negocio típico.
La morosidad, controlada
La entidad tiene controlada la morosidad, que incluso se redujo del 3% al 2,7% en un año, por la caída en casi 500 millones del saldo de dudosos. Ahora bien, el equipo directivo mantuvo una política de riesgo prudente y elevó un 34,7% las provisiones.
La rentabilidad sobre recursos propios, conocida como ROE, se disparó del 7,2% al 11,9% por el empujón de los tipos de interés, que el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido mantener en el 4,5% tras aplicar diez subidas consecutivas en 15 meses. Esta rentabilidad aún no es suficiente para cubrir el coste del capital.
"CaixaBank cierra los nueve primeros meses del año con una evolución positiva. En un contexto de normalización de los tipos de interés, hemos obtenido un sólido resultado, con una buena dinámica comercial y una gestión prudente del riesgo de crédito", afirmó Gonzalo Gortázar, consejero delegado del banco.
