Las debilidades de la banca española y la necesidad de fusiones no han desaparecido tras el rescate exprés de Banco Popular, a manos de sus accionistas y bonistas. Al menos eso opina el Fondo Monetario Internacional (FMI), según las conclusiones preliminares de su programa de revisión periódica del sistema financiero español.
La parte financiera de este nuevo informe se centra en Popular, tal y como adelantó este medio y desmintió la entidad: "La rápida resolución de un banco sistémico nacional cotizado ha eliminado una fuente de incertidumbre en el sistema bancario, y prosiguen los esfuerzos de consolidación en el sistema".
Así, la situación del Banco Popular preocupaba en el FMI a raíz de unos test de estrés internos que realizó el organismo. Estos también ponen bajo lupa a otras entidades que no cita el documento: "Los legados de la crisis todavía no se han superado del todo. Las cifras de activos morosos y adjudicados se han reducido notablemente, pero se mantienen relativamente elevados en unos cuantos bancos, lastrando sus resultados".
Por ello, el FMI pide un "enfoque más proactivo a la hora de lidiar con los legados de la crisis" y ve "margen" para nuevas fusiones que aumenten la rentabilidad de los bancos.
Visión macro
"España se encuentra en el cuarto de una expansión económica y creación de empleo impresionantes. [...]. Gracias a las reformas efectuadas, la economía se ha vuelto más competitiva, flexible y resistente", exponen las conclusiones preliminares del Programa de Evaluación del Sector Financiero 2017, llevado a cabo por el FMI entre octubre de 2016 y julio de 2017.
Por ello, el organismo internacional eleva la previsión del PIB al 3,1% para este año, frente al 2,6% actual. Aun así, avisa de que "todavía quedan algunos retos que es necesario afrontar plenamente para contrarrestar la ralentización del crecimiento que se espera a medio plazo". Entre estos desafíos, destaca la deuda pública, el desempleo estructural, el envejecimiento de la población y la menor productividad frente a Europa.