Economía pretende agilizar lo máximo posible los futuros pasos de la reforma financiera. Su intención es sacar a subasta de forma "inminente", según reconocen fuentes gubernamentales, dos de las entidades nacionalizadas: Catalunya Caixa y Novagalicia. Mientras, el plan para Banco de Valencia es su liquidación de forma ordenada, dado su escaso tamaño una vez transferidos sus activos tóxicos al banco malo y el poco apetito de la banca sana por integrarle. La hoja de ruta planteada para Bankia asegura su independencia, al menos, durante los dos próximos años. Una vez saneada y recapitalizada podría iniciarse su subasta.
En el sector ha sorprendido el "acelerón" que tiene pensado dar Economía a estas dos subastas, que se efectuarán a través de sendos procesos competitivos. La intención tanto del FROB, Banco de España como del propio ministerio es iniciar las subastas en diciembre, inmediatamente después de que hayan traspasados sus activos tóxicos en la Sareb. La única circunstancia que podría alterar el calendario sería la petición por parte de España de un rescate global. "Si no es así, los procesos de venta se iniciarán en los primeros días de diciembre", explican desde el sector.
El rescate financiero, solicitado el pasado junio, retrasó 'sine die' la venta de Catalunya Caixa. El proceso se paralizó entonces cuando entidades como Santander, a través de Banesto, BBVA, Sabadell o Kutxabank ya habían realizado sus ofertas no vinculantes y se encontraban en pleno proceso de 'due diligence'. En el sector se asegura que este mismo grupo de entidades serán las que vuelvan a pujar por el grupo catalán. La Caixa, por contra, no puede acudir a este proceso por su prominencia en el mercado catalán. Los criterios de competencia dictados por Bruselas así lo impiden.
Santander, a través de Banesto, BBVA, Sabadell y La Caixa son los principales candidatos para adjudicarse estas dos entidades en manos del Estado
En el caso de Novagalicia, no se había iniciado ningún tipo de proceso puesto que la entidad gallega estaba a la búsqueda de inversores privados extranjeros. José María Castellano, presidente de la entidad, sigue aferrándose a un discurso de independencia. Sin embargo, su futuro pasa por la integración en uno de los grandes grupos españoles. Santander, BBVA, Sabadell y La Caixa, especialmente ésta última que ya cuenta con equipos en Galicia, como adelantó hace unas semanas este medio, están muy interesados en entrar en el mercado gallego, copado históricamente por las dos ex cajas Caixanova y Caixa Galicia.
"Novagalicia va a a concitar la mayor puja de toda la reestructuración. Les interesa a todos los grandes", aseguran desde el sector. Todo lo contrario ocurre con el Banco de Valencia. El escaso interés por esta entidad ha llevado a Economía a proceder a su liquidación ordenada. De hecho, en el proceso de venta que quedó interrumpido, la nómina de interesados estaba integrada por muchas de las entidades que ahora intentan sortear las ayudas públicas, como BMN, Ibercaja o el propio Popular.
La liquidación del Valencia asegurará los depósitos de los actuales clientes, que serán traspasados a otra entidad
La liquidación, como ha sucedido en otros países europeos, asegurará los depósitos de los clientes en otra entidad, una vez adelgazado el banco con el traspaso del ladrillo al banco malo y la venta de todo tipo de negocios y participadas. Su red y plantilla se irán reduciendo paulatinamente, conforme a lo que dicta Bruselas. La entidad acometerá a partir del próximo mes de octubre el cierre de un centenar de sucursales, a las que se podría sumar otro centenar en el próximo trimestre, de las 430 que tiene en la actualidad. Este proceso podría afectar a un entorno de 600 empleados de los 2.000 que integran la plantilla. El FROB buscará una solución, a través de la venta a otras entidades, para la plantilla y red que todavía quede operativa.
A diferencia de los últimos procesos de adjudicación, como el de la CAM o UNNIM, Economía y el FROB no tienen previsto conceder ningún tipo de Esquema de Protección de Activos (EPA) para el comprador. "Las nacionalizadas llegarán saneadas y, por tanto, no es necesario ningún otro tipo de salvaguarda para el comprador", explica una fuente del Gobierno. En el sector, sin embargo, no se descarta que las entidades soliciten un EPA para cubrir todos aquellos activos que no cubre el perímetro del banco malo. Con especial incidencia, las decenas de miles de pisos adjudicados, invendibles además, por debajo de 100.000 euros.