Monitorizada desde el pasado verano, como consecuencia del rescate europeo, la banca española será examinada, de nuevo, por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en inglés) a lo largo de este ejercicio. Se tratará de la cuarta revisión de la institución con sede en Londres desde 2010 y se producirá dentro de un proceso global en el que se analizarán a 130 bancos de la Eurozona, según explican fuentes del sector. A los test de estrés de la EBA, se suma el ejercicio efectuado por Roland Berger y Oliver Wyman efectuado el pasado verano. En total, el sector financiero español ha sufrido cinco exámenes en los últimos cuatro años.
La EBA quiere conocer al detalle la situación de las carteras de activos de los bancos europeos con un tamaño superior a los 30.000 millones antes de que entre en vigor la autoridad bancaria única, previsiblemente en marzo del próximo año, tras el acuerdo alcanzado por el Ecofin el pasado sábado. Esta decisión, que convertirá al Banco Central Europeo en supervisor único, tiene que ser refrendada este jueves por los 27 y votada en junio en el pleno de la Eurocámara.
El examen se efectuará a lo largo de este ejercicio. A diferencia de los cuatro exámenes anteriores de la EBA, en esta ocasión no se realizará un test de estrés a los balances de las entidades para conocer el impacto sobre el capital en una proyección de escenario económico aún más adverso. La prueba consistirá en una revisión de las carteras de activos y los balances de las entidades con mayor tamaño de Europa antes de que los supervisores nacionales dejen de tener el control de las entidades financieras de mayor tamaño.
El compromiso final de la autoridad bancaria única encomienda al BCE la supervisión directa de los bancos cuyos activos superen los 30.000 millones de euros o el 20% del PIB del país en el que estén establecidos, y también de aquellos que hayan recibido fondos del MEDE. De esta manera, el 95% de la banca española se verá implicada en este examen de la EBA. Además, El BCE tendrá derecho a ejercer en todo momento la supervisión directa sobre otras entidades, si lo estima oportuno o un Estado miembro lo solicita.
El 95% del sector financiero español tendrá que pasar su sexto examen en los últimos cuatro años, el quinto por parte de la EBA
En el sector no se descarta que esta prueba inicial pudiera desembocar en un nuevo test de estrés. Hace unos días, Moody´s Analytics, filial de la agencia de rating dedicada a la medición del riesgo bancario, comunicó que ha sidodesignada por la EBA para ayudarla en las tareas de diseño, implantación y presentación de ejercicios de pruebas de resistencia (test de estrés).
Según el acuerdo, Moody´s Analytics ofrecerá servicios que incluyen el análisis de anteriores metodologías y datos de ejercicios de pruebas de resistencia. No en vano, la diferencia de capital entre los resultados de los cuatro anteriores test de la EBA y las necesidades reales de recapitalización se cifran en el entorno de los 250.000 millones de euros.
Esta revisión se enmarca dentro del proceso de transición hacia la autoridad bancaria única que culminará con la toma de control del BCE del sistema financiero sistémico europeo. El organismo que dirige actualmente Mario Draghi compaginará estas nuevas tareas de supervisión con el control de la política monetaria de la Eurozona.
Por lo que se refiere a la Autoridad Bancaria Europea (EBA), ésta seguirá siendo la responsable de elaborar los estándares técnicos para todos los bancos de la UE. Sin embargo, ha perdido todas sus tareas de control. La mayor escenificación de esta pérdida de poder se escenifica en el traslado de su sede desde Londres a Frankfurt, donde también esta ubicado el BCE.
La EBA trasladará su sede de Londres a Frankfurt, otra prueba más de su pérdida de poder frente al Banco Central Europeo
Bruselas ha impuesto la puesta en marcha de la autoridad bancaria única como paso necesario para la recapitalización directa de los bancos en europa por parte del MEDE. Precisamente, para evitar un mayor impacto para el contribuyente europeo en próximas crisis del sector financiero europeo, Bruselas quiere imponer que los depósitos por encima de los 100.000 euros también sufran quitas como los accionistas o titulares de híbridos (preferentes) y deuda sénior.