La operación Chamartín, rebautizada por enésima vez ahora como ‘Madrid Nuevo Norte’ tiene un nuevo impulso tras el acuerdo de bases alcanzado por el Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio de Fomento y la promotora Distrito Castellana Norte (DCN) para sacar adelante el proyecto. Todas las partes implicadas coinciden en que la clave para que el desarrollo salga de una vez por todas es que los trámites burocráticos finalicen y las obras de inicio antes de que concluya la presente legislatura municipal, en mayo de 2019.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, aseguró esta mañana que el Consistorio pondría todo de su parte para agilizar la tramitación de la reforma del Plan de Urbanismo, necesaria para que se inicien las obras del desarrollo. En un acto celebrado en el Ministerio de Fomento para presentar el acuerdo, Carmena destacó la implicación y colaboración del Grupo Municipal Socialista en este proceso e hizo un llamamiento de colaboración tanto al PP como a Ciudadanos. "Cuanto más consenso haya, más rápido se podrá aprobar".
Poco antes, Fernando Otero, que habló en nombre de los técnicos del Ayuntamiento, esbozó el cronograma planteado para los próximos meses, que pasa por tener aprobado un documento definitivo para someterlo a aprobación entre diciembre de 2017 y enero de 2018. La tramitación de la modificación del Plan llevaría prácticamente todo el año 2018. "Casi inmediatamente después de la aprobación definitiva se podrían iniciar las obras", confirmó Antonio Béjar, presidente de DCN, que también intervino en el acto junto al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna.
No es una cuestión baladí. Las tres partes saben lo difícil que ha sido alcanzar este acuerdo, que se basa en 18 puntos técnicos, y lo complicado que será pactar ese documento definitivo para comenzar a plantear la modificación del Plan.
Si el trámite llega a la cita electoral sin aprobarse podría repetirse el escenario de 2015, cuando el Plan anterior de DCN se quedó a las puertas y, un año después, fue tumbado por la nueva corporación municipal, cuyo signo político había cambiado.
Recorte de edificabilidad
En la presentación no hubo excesivas sorpresas. Se confirmó que el acuerdo incluye una reducción de la edificabilidad planteada inicialmente, un recorte que el Ayuntamiento de Madrid cifra en un 20%, hasta 2,68 millones de metros cuadrados desde los 3,3 millones que contemplaba el proyecto de DCN. En el desarrollo se levantarán en torno a 11.000 viviendas, de las que el 20% tendrán algún tipo de protección, "el doble de lo que exige la Ley", destacó Carmena.
También quedó claro que la estación de Chamartín será clave en el desarrollo y, de hecho, será lo primero que se haga. De la Serna aseguró que las obras comenzarán por la estación, "que se convertirá en la mejor de España, será una completa refundación de la actual".
La nueva Chamartín albergará 31 vías, frente a las 21 actuales, de las que 18 serán para alta velocidad (el triple de las que ahora están en servicio para tal fin). Además, la estación tendrá espacio para dar cabida a zonas de ocio y también a oficinas, incluidas las de Adif y Renfe, que se trasladarán allí.
Pocos cambios en lo económico
En el entorno de la estación se situará el centro de negocios, del que Miguel Hernández, técnico de DCN, ha destacado que aportará a la ciudad algo de lo que actualmente carece. "Madrid no tiene como tal un centro de negocios, las oficinas están dispersadas por el centro y, además, muchas de ellas no responden a las exigencias actuales de las empresas".
Pese a las modificaciones en el plan, las magnitudes económicas no variarán de forma significativa. De la Serna y Béjar coincidieron en señalar que la inversión total prevista, en el entorno de los 6.000 millones, no sufrirá excesivos cambios, aunque el presidente de DCN admitió que se tendrán que reajustar algunas partidas. Tampoco cambiará la contraprestación que recibirá Fomento de parte de DCN por los terrenos, 1.240 millones de euros, con un anticipo de algo más de 200 millones.