La Comisión Nacional de los mercados y la Competencia (CNMC) liberará en cuestión de días a Telefónica de los compromisos que le impuso cuando en 2015 el gigante azul compró Canal+. Dos de los aspectos más importantes de este nuevo status quo se encuentran en que Telefónica podrá fijar sus precios para revender el fútbol -hasta ahora la CNMC era la que los marcaba- o directamente no venderlo a terceros, algo a lo que estaba obligada hasta ahora. Es algo que puede perjudicar a la entidad que formarán Orange y MásMóvil. Vodafone decidió sacar de su oferta al deporte rey allá por 2019 y no hay visos de que vuelva a comprar los derechos ni en el corto ni en el largo plazo.

No obstante, fuentes del sector aseguran que Telefónica revenderá casi con toda seguridad los derechos audiovisuales del fútbol. Debe amortizar como pueda los 4.950 millones de euros que pactó abonar por tener los derechos de LaLiga de fútbol española hasta la temporada 2026/2027. El acuerdo se alcanzó a finales de 2021.

Según la información, avanzada por el diario elEconomista, la fecha elegida para liberar al operador dirigido por José María Álvarez-Pallete de sus compromisos ha sido el próximo 30 de abril. Además del fútbol, podrá negociar como mejor le convenga otras competiciones, como el mundial de coches y motos o los Juegos Olímpicos.

La CNMC permite a Telefónica ponérselo difícil a Orange y MásMóvil

Aunque como decimos es poco probable que Telefónica decida no revender el fútbol a la entidad que surja de la fusión entre Orange y MásMóvil, la entidad con sede en el Distrito T del madrileño barrio de Las Tablas tendrán que sacar la calculadora y hacer números.

Al final, el hecho de revender o no el deporte rey depende de la cantidad de clientes que pueda captar a la competencia en el caso de que optara por quedarse en exclusiva los derechos de LaLiga y La Champions League, y de lo que le cobren a cada uno de esos clientes por los paquetes convergentes que incluyan el deporte rey.

En el caso extremo de que Telefónica decidiera quedarse en exclusiva con todo el paquete del deporte rey, es innegable que habría fuga de clientes en mayor o menor medida hacia el operador azul

El fútbol se ha convertido en un elemento diferencial en la oferta de las compañías de telecomunicaciones. En el caso extremo de que Telefónica decidiera quedarse en exclusiva con todo el paquete del deporte rey, es innegable que habría fuga de clientes en mayor o menor medida hacia el operador azul.

El caso de Vodafone

Vodafone decidió en 2018 poner punto final a su idilio con el fútbol. En solo un año perdió casi 450.000 líneas. Sin embargo, según Antonio Coimbra, su CEO en ese momento, la operación tan solo supuso la pérdida de un 1,1% de la facturación; el directivo consideró entonces que el precio de los derechos no lo hacían un contenido rentable.

Aproximadamente un año después de tomar la decisión el operador de origen inglés perdía unos 380 millones de euros de facturación al año. Una cifra considerable -fue un descenso del 8,6%-, aunque los cálculos en el operador rojo eran otros.

Coimbra explicó en su día que Vodafone abonó el último año que tuvo los derechos 330 millones de euros por LaLiga, Champions League y UEFA. Un ahorro que hubiera limitado el descenso en los ingresos a 50 millones de euros (1,1%) si se resta esta partida a la facturación, si bien se tiene que tener en cuenta que la fuga de clientes provocó también un fuerte recorte en los ingresos.

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