El Gobierno ha incluido en su anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021 una subida del IVA del 10% al 21% de las bebidas azucaradas y edulcoradas, pero que sólo aplicará a aquellas bebidas que se vendan en supermercados y superficies comerciales, pero no a las que se consumen en bares y restaurantes.
El Ejecutivo ha insistido en que la medida no persigue un fin recaudatorio (sólo pretenden recaudar 400 millones de euros en los próximos dos ejercicios), sino que se ha diseñado únicamente por motivos de protección de salud. "Con el objetivo de fomentar hábitos más saludables de la población y seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como los resultados de diferentes estudios científicos y médicos, que muestran cómo el consumo excesivo de bebidas edulcoradas contribuye al aumento del sobrepeso y la obesidad", destacan.
Aunque es obvio que esas bebidas son igualmente dañinas para la salud si se consumen en un bar, el Ejecutivo ha decidido que la consumición en esos locales siga tributando al 10% "para no perjudicar a la restauración en un momento tan delicado como el actual".
Se deducirán ese gasto
Los hosteleros tendrán que pagar un 21% del IVA cuando compren bebidas azucaradas a sus proveedores, pero luego podrán deducirse ese pago en sus declaraciones de IVA. "Será neutral para ellos", explican en Hacienda.
Pagarán un IVA del 21% pero luego le cobrarán un IVA del 10% al consumidor. A priori esto podría haberse traducido en un aumento de los precios para los clientes, pero como los hosteleros podrán deducirse ese sobrecoste no tendría por qué producirse una subida de las bebidas en locales de restauración.