Febrero suele ser un mes benigno para el mercado laboral. La industria empieza sus labores de producción para la temporada de primavera y verano, y se incentiva la apertura de academias y centros educativos privados a la espera de que la estacionalidad cree más empleo. Es lo que ha ocurrido en este segundo mes del año, tras un enero catastrófico. Pero, en esta ocasión se han sumado otros factores. Por ejemplo, el tiempo ha sido casi veraniego en la mayoría del país y ha anticipado la actividad de la hostelería, también en la construcción, y labores de recolección y siembra en el campo minorando el impacto del fin de la campaña en la aceituna. Por si fuera poco, el calendario ha propiciado que no se haya computado en la estadística oficial el último día del mes (29), cayó en sábado, en el que suelen acentuarse los despidos. De esta forma, si el último día de febrero en 2019 (28, jueves) se despidieron de golpe a 156.971 personas, las bajas de febrero de 2020 sólo han sido de 89.437.
Los datos de empleo y paro de febrero han sido mejores de lo esperado en valoración mensual, pero en comparación anual la tendencia sigue a la baja en línea con la actividad económica, hasta ver si también al mercado laboral le llega el contagio del coronavirus, que ya descuentan algunas empresas y sectores sensibles como el turístico. La Seguridad Social registró un aumento de 85.735 nuevos afiliados (0,45%) respecto al mes anterior frente a los 69.172 (0,35%) del mismo mes de 2019. Se trata del mayor aumento desde 2015 en este mes. En todo caso, la creación de empleo ha sido positiva en este mes desde que la economía empezó a registrar tasas de crecimiento en 2014. En términos desestacionalizados, el alza es de 56.158 frente a los 39.888 de hace un año o de 53.0151 en 2018. Pero, la evolución anual sigue atenuándose ya que aumentó en 361.757 cotizantes (1,92%) entre este mes y febrero de 2019, pero un año antes el ritmo de creación de empleo era de 524.958 (2,86%) o, por ejemplo, de 615.259 (3,47%) en el ejercicio precedente.
De esta forma, el número de afiliados se situó en 19.250.229, levemente por encima del número que se consiguió hace 10 meses y muy por debajo (en 282.982) del récord de cotizantes alcanzado en julio de 2019 (19.533.211).
El buen tiempo estimula la hostelería
Que el buen tiempo ha sido el motor principal de esta aceleración del empleo, que habrá que ver si es o no puntual, lo demuestra el crecimiento del número de afiliados en la hostelería (26.184 frente a los 19.694 de febrero de 2019) y una menor caída (en unos mil menos) del comercio. La educación ha aumentado el número de cotizantes de 21.026, pero son sólo 250 más que hace un año mientras que la construcción ha llegado a conseguir 26.035 afiliados nuevos en este mes, pero sólo son 76 más que en el mismo mes de 2019. Por su parte, la industria manufacturera ha creado 10.001 puestos, pero son 2.800 menos que en 2019. Las regiones costeras son las que más empleo crearon en este mes: Cataluña (21.153); Islas Baleares (12.655) y, por ejemplo, Comunidad Valenciana (6.987).
El sector agrario ha perdido en este mes 15.809 afiliados. Pero, este descenso, como consecuencia del fin de la campaña de recogida de la aceituna (por ejemplo, Jaén perdió más de 21.000 empleos) no tiene nada que ver directamente con la subida del 5,5% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2020 hasta los 950 euros, como han anticipado algunas instituciones. Es cierto que en febrero del año anterior el empleo del sector cayó en 27.299 puestos cuando el SMI subió un 22,3% (hasta los 900 euros). Sin embargo, la afiliación cayó en febrero de 2018 en 24.375, es decir, muy por encima del registro de 2020, cuando el SMI sólo subió un 4% (hasta los 736 euros). Además, la caída de cotizantes de empleados de hogar, que también aparecían como afectados por la subida del SMI, ha sido sólo de 155 frente a las 90 de hace un año.
Claves del descenso de paro
En cuanto al paro, bajó en 7.806 (0,24%) frente al alza de 3.279 de hace un año (0,10%). Es el mayor descenso desde 2017. Y es en las Islas Baleares donde se produjo casi la mitad de este descenso, seguido de zonas agrícolas como Castilla La Mancha y Galicia. Se situó en 3.246.047, es decir, en idénticos números a los que se registraba en marzo de 2019. En términos desestacionalizados, el desempleo baja en 19.043 personas frente a los 10.445 menos de hace un año y las 23.139 menos en 2018. Ese buen tiempo de febrero se nota precisamente en el descenso del paro en el sector de servicios (9.485 frente a los 7.581 en febrero de 2019) y en la menor subida del paro en la agricultura (2.855 más frente al alza de 9.885 en el año pasado). En concreto, el desempleo aumento en Jaén en casi 4.500 el número de parados por el fin de la campaña de la aceituna, pero bajó en más de 3.300 en Huelva por el adelanto de la campaña de la fresa. Se trata del menor incremento del paro en este sector desde 2015.
En cuanto a la contratación, una primera lectura anticipa que ha crecido y en particular la indefinida. Pero, la letra pequeña dice otras cosas. Por ejemplo, los contratos respecto al mes anterior bajan en casi un 10% (170.000 contrataciones menos), pese a los mejores resultados del empleo y el paro. Lo que significa que no crece la calidad contractual, al contrario, aumenta. En tasa anual sube un 1,51% (unas 24.000 contrataciones), pero hace un año el incremento era del 1,59% y, por ejemplo, del 6,46% en febrero de 2018. En febrero de 2020 se han hecho más de 178.000 contratos fijos, lo que supone 9.500 contratos más que hace un año. Pero, se trata de meras conversiones (10.332) de contratos temporales en indefinidos, no es empleo nuevo sino que las empresas optan por esta modalidad (probablemente a tiempo parcial) al expirar los plazos legales. En todo caso, 69.000 de estas contrataciones fijas fueron a tiempo parcial. Lo que representa casi el 40%. En cuanto a los temporales (el 89% del total de contratos realizados en este mes), el 35% fueron sólo por unas horas. Y en tasa anual crecen un 1%, la mitad que hace un año y una quinta parte menos que hace dos ejercicios.