Miembros de la CNE, responsables de asociaciones de renovables, ejecutivos de las grandes eléctricas... Más de una docena de responsables del sector energético le deseaban ayer al nuevo presidente de Red Eléctrica, José Folgado, mucha suerte en su nueva andadura en el gestor eléctrico, sobre todo por su inicio tan complejo y tan sonado que tuvo en su primer día, el pasado viernes, al chocar contra la CNE en relación a la publicación del informe sobre la reforma energética.
"Era mi primer día. Luis Atienza y yo estábamos reunidos con los directivos de REE en el traspaso de responsabilidad, era medio día, y una directiva nos avisó: la CNE acababa de hacer público el informe sobre la reforma energética y la acción caía un 10%", decía ayer Folgado a preguntas de Vozpópuli, tras un desayuno con el sector energético organizado por Intereconomía Conferencias.
Inmediatemante después de oir el temido desplome de la acción en su primer día, Folgado llamó al secretario de Estado de Energía, Fernando Martí (ex consejero de la CNE) alertando de la incertidumbre que estaba creando el informe de la CNE. Horas después, por la noche, Industria se desmarcó de lo sucedido con un comunicado lamentando lo ocurrido precisamente porque "la Secretaría de Estado de Energía había comunicado a la CNE, previamente a la emisión del informe, que dada la trascendencia de su contenido y por las implicaciones que pudieran afectar a terceros, se omitiera su publicación de manera inmediata y hasta que fuera debidamente evaluado".
"La decisión de que se publicara el informe sobre la reforma, me dicen internamente en la CNE, que fue una orden directa del presidente, Alberto Lafuente. Fue una decisión unilateral, sin pasar por la decisión del consejo, y por eso es penalizable", añadía ayer Folgado. “Eso no se hace a media sesión del mercado. Si es necesario lanzar estos mensajes, que sea al cierre de mercado, y así cada empresa pueda expresar su opinión, sin que afecte a las acciones”.
Seguridad jurídica y subidas de la luz
El Gobierno del PP está controlando con mucha cautela la manera de anunciar cada una de las reformas y ajustes que está aplicando en la crisis económica. Industria quiso evitar a toda costa que el informe de la CNE se hiciera público, porque tradicionalmente los informes del regulador se ciñen a argumentos púramente técnicos y estos podrían desatar mucha incertidumbre en un sector que ha estado golpeado ante la incertidumbre regulatoria en los últimos años. De hecho, las principales propuestas de la CNE se basan en la necesidad de rebajar los costes de las actividades reguladas (REE y Enagás) porque el precio final de la energía es elevado por culpa de la retribución de las actividades reguladas -y por ciertas cargas que van al recibo de la luz, como los costes estrapensinsulares... Lo más negativo del informe para REE y Enagás es el recorte de la retribución de los activos puestos en marcha antes de 2008. Además, la CNE propone un recorte del plan de inversión en 500 millones de euros anualmente para REE.
Para algunas fuentes, la publicación del informe es una práctica habitual de transparencia del organismo y lo que pretendía el ministro de Industria, José Manuel Soria, era hacer la reforma y explicar a la opinión pública que la decisión de los incrementos del recibo de la luz -que aplicará- se basaban en las propuestas del organismo de la CNE. En cambio, la CNE, que está en fase de desaparición (pasará a depender de la CNC), ha querido cubrise ante esa posible estrategia. Su presidente, Alberto Lafuente, nombrado a propuesta del PSOE en el verano del año pasado, incluso hizo público su voto particular, en el que quiso aubrayar que se oponía fírmemente a las propuesta de los técnicos de la CNE por cargar en exceso de la carga a los consumidores.
Soria dijo ayer que no descarta incrementos del recibo de la luz a partir de abril, aunque aún no ha decidido la revisión de los precios de los peajes, la parte regulada del recibo, que pesa un 50% aproximadamente. La próxima semana se celebrará la subasta de los precios de la luz, que ponderan la otra mitad en el cálculo del recibo.
