El plan de incentivos a altos directivos de ACS actualmente vigente lleva el mismo camino de acabar como el inmediatamente anterior, es decir, sin ejecutar por culpa de la errática cotización de la compañía. A finales de la pasada semana se cumplió el primer plazo para que los 62 beneficiarios procedieran al ejercicio de sus opciones sobre los 6,2 millones de títulos que el grupo de construcción, servicios y concesiones tiene reservados a tal efecto. Sin embargo, ninguno lo hizo porque supondría adquirir acciones casi un 18% por encima de su precio actual en el mercado.
El programa de bonus aprobado hace ahora dos años confiere a los beneficiarios el derecho de comprar un determinado número de acciones, fijado en el plan, a un precio de 33,89 euros, cotas que los títulos de ACS no han visto desde febrero de 2015, cuando aún no podían ejecutarse las opciones. El primer año para hacerlo acaba de terminar pero los ejecutivos se han quedado sin un suculento premio, valorado en su totalidad en 210 millones de euros. Los principales beneficios, que en este caso son perjudicados, son el presidente, Florentino Pérez; el futuro consejero delegado del grupo, Marcelino Fernández Verdes; y el principal responsable de la filial Cobra, Eugenio Llorente. Cada uno de ellos tiene derecho a comprar 540.950 acciones al precio citado hasta mayo de 2017.
Precisamente, éste era uno de los principales objetivos del plan: estimular la actuación de unos pocos elegidos para que su labor al frente del grupo se viera reflejada en la cotización de la compañía, que no ha logrado recuperarse desde que comenzó la crisis. De hecho, actualmente ACS cotiza en el entorno de los 29 euros, muy similar a aquel en el que se movía a comienzos de 2008, cuando los primeros síntomas de la depresión comenzaban a manifestarse.
Desde que a finales de mayo de 2014 el consejo de administración de la compañía aprobara el nuevo plan de bonus para altos directivos, la cotización de ACS ha caído algo más de un 10%
Pero los datos hablan por sí solos. Desde que a finales de mayo de 2014 el consejo de administración de la compañía aprobara el nuevo plan de bonus para altos directivos, la cotización de ACS ha caído algo más de un 10%. En un periodo de tiempo a tener en cuenta como los últimos cinco años, los títulos del grupo se han dejado un 14%. De esta forma, el plan lleva camino de terminar de forma idéntica al diseñado por Florentino Pérez en 2010, también referenciado a la cotización de la empresa. Por entonces, el periodo de ejercicio fue más largo y también más elevado el precio de la acción, por encima de los 34 euros. Pérez ha recurrido frecuentemente a la compra de acciones propias para tratar de elevar la cotización de ACS, aunque los intentos han sido en vano. La última operación data de finales del pasado ejercicio, cuando el grupo invirtió 107 millones en incrementar la autocartera, con un más que discutible resultado.
Pero mientras, este plan de opciones sobre acciones que no puede ser ejecutado en condiciones ventajosas por los altos directivos le está saliendo caro a la compañía. En concreto, algo más de 29 millones de euros, según se recoge en el último informe anual de ACS. Esta circunstancia se produce porque el sistema para el ejercicio de las opciones se basa en que una entidad financiera adquiere las acciones y posteriormente las vende a los beneficiarios del plan al precio fijado en el mismo. Pero el banco no asume el riesgo derivado de la caída en la cotización de los títulos por debajo del citado precio. Ese riesgo debe ser afrontado por ACS que, además, no lo tiene cubierto.
El plan de bonus de ACS está lejos de ser una jugada redonda. Ni los directivos ni los accionistas salen beneficiados por el sistema. Eso sí, resta un año, en el que pueden suceder muchas cosas, para terminar de definir si el programa ha sido un absoluto fracaso o si, al menos, ha generado algún beneficio. Para entonces, está previsto que Marcelino Fernández Verdes ya haya llegado a la cúpula del grupo. En su caso, sí tiene muy atado un suculento bonus por su etapa al frente de las filiales internacionales Hochtief y Cimic. La cotización de esta última sirve como referencia y, a la fecha actual, permitiría al ejecutivo embolsarse un premio superior a los 11 millones de euros.