Uno de los mayores lastres de AENA a la hora de ser atractiva para los inversores es su elevado endeudamiento, por encima de los 14.500 millones de euros. Llegar a tal cifra ha sido posible gracias a una descomunal inversión en aeropuertos durante la última década. Más de 12.000 millones de euros han ido a parar a las ampliaciones de pistas como Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat, Málaga y Santiago de Compostela, pero han dejado a la compañía en una complicada situación financiera.
El presidente de la compañía, José Manuel Vargas, señala en una entrevista con la revista especializada Airport Business que el esfuerzo inversor de AENA en la última década no tiene precedentes y admite que ahora ha llegado el momento de poner en valor a la empresa. En este capítulo entra el objetivo de reducir la deuda, precisamente generada por esas inversiones que han hecho la compañía “la primera del mundo en su sector por número de pasajeros”.
El objetivo de las inversiones de AENA en los últimos diez años ha sido el incremento del número de pasajeros, una meta que ha sido lograda sólo a medias porque las consecuencias de la crisis se han dejado sentir también en las infraestructuras aeroportuarias.
Sin ir más lejos, Madrid-Barajas cerró 2011 con un leve descenso en el número de pasajeros, que se situó cerca de los 50 millones, aún lejos del límite de 70 millones para el que está preparado para la construcción de la nueva terminal T-4, en la que AENA invirtió más de 6.200 millones de euros.
Barcelona-El Prat ha constituido el caso contrario, ya que la afluencia de pasajeros se ha incrementado un 17,8% en 2011, hasta alcanzar los 34,4 millones de usuarios. En cualquier caso, también se queda lejos del tope de 50 millones que le permite la nueva terminal T-1, que supuso un desembolso cercano a los 1.500 millones de euros.
Déficit de conexiones con Asia
La cifra de inversión se completa con los costes de ampliación del aeropuerto de Málaga (cerca de 2.000 millones) y los trabajos en las pistas de Alicante y Santiago de Compostela.
En la entrevista, Vargas insiste en que una vez completadas las infraestructuras es momento de apostar por la eficiencia, marco en el que sitúa el plan para reducir los horarios de hasta 19 aeropuertos con menos de medio millón de usuarios por año. El presidente de AENA también señala que la compañía cuenta con un déficit de conexiones con Asia, que tratará de corregirlo en los próximos años.
Además, reitera la idea de poner en valor a la compañía como paso previo a proceder a su privatización.