El secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, a poco que puede, se apropia del cargo de ministro de Industria que a duras penas aún sustenta José Manuel Soria y se lo hace saber a todo el público que se precie. Conocido es que el hermanísimo de Álvaro, jefe de la Oficina Económica de Moncloa, se ha convertido en un firme aspirante a suceder al político canario en su cargo al frente de este Ministerio y, día a día, riega y abona esa besana que previsiblemente le dará buena cosecha a partir de 2015 si Rajoy vuelve a ganar las elecciones.
Nadal, de 44 años, ha sido el gran artífice de la reforma energética que ha levantado en armas a todo el sector. Soria vende su mercancía como ministro, obsesionado él con aparecer cada día en los medios y opinar sobre las cuitas gubernamentales, pero al que todos temen es a su 'número dos', el "gran muñidor de los duros recortes que se han impuesto en el último año a todo el sector eléctrico", en palabras de una directivo de empresa afectada.
El último acto público del joven Nadal ha aclarado las pocas dudas que quedaban. El secretario de Estado sustituyó este miércoles al ministro Soria, de visita oficial con el Rey en Omán, en el acto de entrega de los Premios de la Energía. Tenía Nadal a todo el sector enfrente en el hotel Palace de Madrid y no perdió la oportunidad para volver a reivindicarse como ministrable, para no ser menos que su hermano, que desde Moncloa mira al horizonte de 2015 con el objetivo de convertirse en ministro de Economía.
Nadal presume de Rajoy y de su buen hacer para sacar a España de la crisis y atajar la sangría del paro, así como de crear un "marco estable y duradero" en el sector energético
Con gran seguridad en su discurso, sin titubear lo más mínimo y con cierto gracejo humorístico, Nadal arrancó su discurso haciendo un panegírico de las bondades de las políticas del presidente Rajoy. Dijo el secretario de Estado que lo prioritario del Gobierno para esta legislatura es apuntalar la salida de la crisis económica y frenar la sangría del paro.
Presumió de las buenas cifras de crecimiento del PIB que ha reportado el primer trimestre (+0,4%) y no dudó, ante el asombro generalizado del auditorio energético, en defender que su Ministerio ha creado "un marco duradero, estable" en el sector energético, aunque "revisable" porque la retribución de las actividades reguladas no puede estar "escrita en piedra".
Dijo tener "encauzada de manera clara una situación de déficit permanente que no permite la estabilidad regulatoria" y vaticinó que se abre un periodo "de mayor estabilidad y de mayor control de costes". "Ya se ha hecho la mayor parte del esfuerzo" contra el déficit de tarifa, sentenció.
El escenario triunfalista que pintó Nadal sobre el sector energético parecía más propio de un mitin de campaña electoral que de un acto sectorial. Los murmullos en las mesas de los representantes del sector energético crecían a cada frase que soltaba el ministrable.
Los murmullos en las mesas del comedor del Palace se desbordaron cuando Nadal dijo que apuesta por el "diálogo continuo y necesario con el sector"
Nadie comparte sus palabras y su análisis de la situación, porque ni el marco es estable ni duradero y porque "Industria lo que ha hecho es parchear un problema, no atajarlo ni solucionarlo. El déficit de tarifa seguirá creciendo, la luz seguirá subiendo y el recibo seguirá costeando las políticas del Gobierno, no el precio real de la electricidad", señaló a este diario un asistente, que recordó que el sector eléctrico español es de los más intervenidos y subvencionados de toda la UE.
Nadal volvió a dejar claro el marchamo antirrenovable de su Gobierno, al calificar de insoportable el modelo montado para subvencionar las energías verdes y la dualidad de sistemas, "uno convencional para sustentar a un sistema renovable".
Pero cuando más revuelo levantó Nadal ante su auditorio fue cuando dijo que Industria fomenta el "diálogo continuo y necesario con el sector". Parecía un político en campaña electoral, al que no le escuece decir en público una "mentira como la copa de un pino", señala otro asistente al acto, porque lo que no ha habido en el proceso de reforma energética y de recorte a las renovables ha sido diálogo.
Ni Soria ni Nadal han sido permeables a las peticiones de los sectores afectados y se han limitado a recibir a sus representantes lo mínimo exigible. Industria tenía claro que había que pegar un tajo al déficit de tarifa y ha optado por un recorte generalizado de los costes del sistema, soliviantando a todos.
El 'número dos' de Industria volvió a dejar claro el posicionamiento antirrenovable del Gobierno en el que aspira a ser ministro
Ni el sector eléctrico tradicional ni el renovable ni la cogeneración ni el gasista entienden la política de tierra quemada de Industria. Sólo Red Eléctrica está en posición de aplaudir una reforma energética que ha contribuido a diseñar (Andrés Seco, el 'número dos' de José Folgado, ha diseñado con su puño y letra buena parte de las medidas aprobadas) y de la que ya se está beneficiando.
El operador del sistema se está beneficiando de las medidas impulsadas por Industria y, en especial, de las fuertes inversiones que el sistema eléctrico asigna a la compañía semipública.
Como todo un estadista, Nadal defendió en su discurso que "acertar en al política energética es esencial para apoyar el crecimiento económico" y que esta debe basarse en la suficiente diversidad y flexibilidad para poder aprovechar posibilidades futuras.
En ese sentido, abogó por reforzar las interconexiones internacionales y el mercado interior de energía para evitar las "vulnerabilidades" de depender de una sola fuente o suministrador, así como para combatir la volatilidad de los precios.