Antonio Brufau prepara su retirada progresiva de Repsol para este 2014, justo cuando se cumplen diez años de su llegada a la presidencia de la primera petrolera española.
El nombramiento de Josu Jon Imaz como consejero delegado del grupo es el primer paso de un proceso que será ordenado y tranquilo, y que desde enero rondaba la cabeza del ejecutivo de Mollerusa.
Nada más arrancar este año, cuando los equipos negociadores de Repsol y Argentina trabajaban en cerrar el acuerdo definitivo de compensación por YPF, Brufau comentó en privado a varios de sus consejeros en la petrolera que una vez se firmara la paz con Kirchner, él pondría en marcha su salida del grupo.
Así lo han confirmado a Vozpópuli varias fuentes conocedoras del mensaje que trasladó Brufau a varios consejeros, siempre de forma privada y al margen del consejo que se celebra el último miércoles de cada mes, en el que se sienta el consejero de Pemex.
El acuerdo por el que Repsol cobrará 5.000 millones de dólares en deuda argentina se cerró en febrero y la junta de accionistas de Repsol lo aprobó a finales de marzo.
Ha pasado sólo un mes y Brufau aprovechó el consejo que la petrolera celebró ayer para comunicar que cede parte de su poder en las manos de Josu Jon Imaz, hasta ahora director general del área industrial del grupo.
Brufau cede buena parte de sus funciones ejecutivas y decide bajarse el sueldo de los 4,9 millones que cobró en 2013 a los 2,5 que se llevará este año
Brufau deja de ser presidente ejecutivo y se queda como responsable de las áreas del secretario del consejo, las de Comunicación y Presidencia y la dirección financiera, si bien su responsable, Miguel Martínez, también reportará al consejero delegado.
Imaz, “joven-51 años-, con gran experiencia industrial y con gran futuro”, en palabras de fuentes cercanas al grupo, será responsable del resto de las áreas operativas, entre las que está la Dirección General de Química y Gas & Power, que quedará en manos de Nemesio Fernández-Cuesta, el gran perdedor del cambio impuesto por Brufau.
Fernández-Cuesta era el número dos del presidente y ha sido el que se ha batido el cobre por sacar adelante el acuerdo con Argentina, y ahora ha quedado defenestrado de la primera línea ejecutiva.
Brufau se bajará el sueldo a la mitad, de 4,9 millones de euros en 2013 a unos 2,5 millones este año, al perder la mayoría de las áreas ejecutivas del grupo, confirmaron fuentes del grupo.
El gran defenestrado es Fernández-Cuesta, 'número dos' de Brufau durante años y el ejecutivo que más se ha 'quemado' bregando con el Gobierno Kirchner para cerrar el acuerdo final
El movimiento del ejecutivo catalán lo venían pidiendo desde hacía tiempo los inversores internacionales, que en pos del buen gobierno recomendaron al presidente recuperar el cargo de consejero delegado que él mismo se cargó cuando llegó en 2004.
También Pemex, accionista de referencia con un 9,4%, ha pedido primero la cabeza de Brufau y, tras no conseguirlo, la creación del cargo de consejero delegado para laminar el excesivo presidencialismo en la toma de decisiones.
Pemex vota en contra del nombramiento de Imaz por considerarlo un hombre muy afín a Brufau, en contra del perfil profesional y externo que pide el grupo mexicano y los inversores internacionales
Brufau ha optado para el cargo por el directivo más afín, Josu Jon Imaz, lo que provocó ayer el rechazo frontal de Pemex en el consejo, ya que la compañía estatal mexicana había exigido el nombramiento de un ejecutivo de alto perfil profesional, traído de fuera y que se desmarcase del aura de poder del presidente. Todo en aras de hacer más profesional la compañía y cumplir con las normas de buen gobierno
No ha sido así, pero Pemex sabe que este movimiento es la antesala de la salida definitiva de Brufau del grupo, así que esperará a una nueva oportunidad para reabrir la guerra por la toma de control del grupo.