BBVA también contempla una posible mejoría de la economía española, cuyos primeros frutos deberían verse en 2013, con la consecución del superávit por cuenta corriente. La tregua de los mercados, impulsada por la ayuda del Banco Central Europeo (BCE) ha impulsado una recuperación que queda de manifiesto con la colocación masiva de deuda corporativa después de algunos meses de sequía. Oxígeno para la economía y algo de alivio. Pero el Gobierno debe acelerar sus reformas, sobre todo en materia laboral y de pensiones. “La ejecución es la clave”.
En un extenso informe sobre España, titulado Spain: in stand by mode, la entidad que preside Francisco González realiza un exhaustivo análisis sobre la situación económica. Los expertos del servicio de estudios destacan la mejoría de los mercados, impulsados por la decisión del BCE de ayudar con compras de deuda a los países periféricos; “un paso crítico que reduce los riesgos existentes” y que “hace más factible” la corrección de los graves desequilibrios que sufre la macroeconomía española.
Pero Mariano Rajoy debe apresurarse en llevar a cabo con la máxima celeridad las reformas anunciadas y en implementar nuevas medids de ajuste. “¡La ejecución es la clave!” dicen en el banco, entre signos de admiración. Sin duda, es una llamada para que el Gobierno no caiga en la fácil tentación de esperar a las elecciones gallegas del 21 de octubre en acometer nuevas reformas, que erosionarían más a su gabinete.
No en vano, en BBVA señalan que, por un lado, debe llevar a cabo las reformas ya anunciadas, “como la de las pensiones, la de las administraciones públicas, la educativa y la energética”, todo ello, “para mejorar la competitividad doméstica, la unidad de mercado y la internacionalización de las firmas españolas”.
“El Gobierno no debe caer en la complacencia”. Más allá de todo esto, Rajoy debe afrontar medidas adicionales, como más reformas en el mercado de trabajo “que reduzcan el paro estructural y los costes laborales”. En BBVA son partidarios de “un contrato único con una menor indemnización por despido; la remuneración variable de los empleados públicos ligada a la productividad y el ajuste de las prestaciones por desempleo”.
Apuntes positivos
En el lado positivo, los expertos señalan que la economía privada ya ha hecho sus deberes. El déficit por cuenta corriente acabará en el 1,2% sobre PIB este año, pero en el próximo ejercicio puede arrojar un superávit del 0,7%. Esta circunstancia ha sido señalada por varios analistas como una de las claves para la salida de la crisis. La capacidad de financiarse de una economía es clave para afrontar el futuro.
En BBVA hacen hincapié en esto: “hay que enfatizar que los desequilibrios externos generados en los años previos a 2007-8 (es decir, al estallido de la actual crisis), constituyen el caso más relevante visto en Europa para explicar los crecimientos de la prima de riesgo”. La diversificación geográfica de las empresas está a punto de corregir esa enorme dependencia de la financiación exterior, pese a que España ha protagonizado en años anteriores el mayor desajuste visto.
De la misma manera que España ha sido el país económicamente más desordenado de Europa, también está corrigiendo con la máxima velocidad. Son muchos los expertos que señalan que el momento actual es crítico y puede ser un punto de inflexión para comenzar la recuperación. Si el Gobierno hace esfuerzos por corregir el déficit, hay mucho dinero por entrar en los mercados. Los grandes inversores internacionales pueden impulsar los mercados de renta variable y fija pero si el Gobierno cae en la complacencia que señalaba BBVA. la recaída será importante. El arsenal del BCE no es eterno.
Poco más de un año
Conforme señalaba ayer mismo JP Morgan, "la intervención en el mercado primario bajo un programa preventivo como el ECCL (Enhanced Conditions Credit Lines) es limitada en tiempo y tamaño. El tamaño normal de una línea de crédito del EFSF (fondo de rescate matriz) sería del 2%-10% del PIB para un país beneficiario. En términos de duración, podría ser de un año, ampliable a otros seis meses".
España tiene previsto emitir en términos brutos unos 100.000 millones de euros el año que viene. De acuerdo con las estimaciones de JP, una intervención total de ese programa tendría un importe similar a esa cifra correspondiente a todo un ejercicio. Serían alrededor de 100.000 millones, un ejercicio. O poco más. La intervención ilimitada tendría un tamaño claramente delimitado. España no puede estar sólo en manos del BCE y las ayudas aprobadas por sus socios.
Conviene no olvidar el caso griego, cuyo rescate ha sido dejado casi por imposible por el Eurogrupo ante la ausencia de reformas concretas y, sobre todo, de resultados.