Cada mes de enero desde 2010 Byron Wien, vicepresidente del consejo asesor de Blackstone, la mayor sociedad de capital riesgo del mundo, escribe un artículo sobre los diez temas que considera centrarán la atención mundial en materia económica y financiera durante el año. Tras haber pasado 21 años como jefe de inversiones en Estados Unidos de Morgan Stanley, haber sido seleccionado por varias publicaciones como uno de los analistas de Wall Street más influyentes, o haber escrito al alimón con George Soros, en 1995, Soros on Soros, los comentarios de Wien son seguidos por inversores de medio mundo. Quizá a algunos de ellos les haya sorprendido el artículo publicado esta semana por el ejecutivo de Blackstone en el que repasa algunas de sus predicciones.
"Tengo una idea distinta a la general sobre la situación de Grecia", dice Wien. "Muchos de los analistas creen que Alexis Tsipras fue forzado a claudicar ante las demandas del Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, y que como resultado se encuentra en serios problemas políticos". Pero la impresión de Wien es que en "el último momento Tsipras concluyó de forma correcta que Europa, por varias razones, iba a hacer todo lo posible por mantener a Grecia en la Unión Europea".
Entre esas razones el analista de Blackstone apunta al temor que despertaría la posibilidad de que en países como España y Portugal se pensara que sus economías mejorarían si tuvieran el control de su propia moneda, con lo que "el proyecto europeo moriría". Además, el impago en Grecia "desestabilizaría la salud financiera europea en general, y la frágil recuperación económica quedaría abortada". En ese caso Tsipras tendría que encarar en su país las consecuencias del impago, "Grecia entraría en una espiral revolucionaria". Los bancos griegos no abrirían, el país no tendría fondos para pagar gasolina o importar otros bienes, las fronteras griegas serían más porosas y Grecia estaría tentada a solicitar ayuda a Rusia.
El partido de Tsipras "puede verse obligado a llegar a coaliciones y algunos ministros pueden dimitir en protesta, pero Tsipras ha guiado a su país a través de una terrorífica tormenta económica"
Mientras que aparentemente Tsipras ha dejado atrás su programa anti austeridad, "ha mantenido a Grecia en la UE y al euro como moneda nacional y se ha asegurado una ayuda económica de 96.000 millones de dólares, más del 50% de lo que unas semanas antes se discutía". Y el 'No' en el referéndum griego "ha fortalecido su posición política, con lo que conseguirá contrarrestar las críticas que tendrá cuando implante reformas". El partido de Tsipras "puede verse obligado a llegar a coaliciones y algunos ministros pueden dimitir en protesta, pero Tsipras ha guiado a su país a través de una terrorífica tormenta económica". El presidente griego, dice Wien, "ha obtenido lo que su país quería: dinero para aguantar y continuar siendo miembro de la UE con el euro como moneda nacional".
Pero "la historia no ha terminado" advierte Wien. "La economía griega está en ruinas y la perspectiva de superávit es tenue; aunque el reciente acuerdo compra algo de tiempo, dentro de seis meses podríamos estar otra vez retorciéndonos las manos por Grecia".