Carbures Europe comienza a arrojar algo de luz a sus inversores, cuyas acciones están suspendidas desde el pasado 8 de octubre por irregularidades en sus cuentas. Aún queda, no obstante, conocer el resultado definitivo de la auditoría que está realizando PwC desde hace casi tres meses. Pero, entretanto, la compañía andaluza anunció ayer que ha conseguido cuatro préstamos privados por un importe conjunto de 16,3 millones de euros. El principal, de 13,05 millones, corresponde al propietario de un grupo industrial catalán muy próximo al consejero delegado, el también catalán José María Tarragó. Su intención en un futuro próximo es alcanzar una participación "no inferior" al 5% del capital del grupo, según señalan a este diario fuentes conocedoras del contrato.
El inversor no ha esperado siquiera a tener el informe del auditor aunque, a cambio, ha exigido una serie de condiciones para tratar de garantizar su dinero, cuyo interés anual es del 6% con un plazo de tres años y amortización total a su vencimiento. Entre ellas se incluye el derecho de vencimiento anticipado en el supuesto de que Carbures "realice modificaciones estructurales, ampliaciones de capital o medidas de efecto equivalente que deterioren sustancialmente las expectativas de capitalización del prestamista o deterioren el valor de las acciones pignoradas".
En esta línea, el prestamista tiene garantía prendaria sobre una participación del 17,1198% del capital de la compañía otorgada por las sociedades Rafcom Economist y Neuer Gedanke, principalmente, propiedad del presidente y fundador Rafael Contreras. De igual modo, figura una cláusula por la que el consejero delegado, José María Tarragó, se compromete a permanecer en el cargo durante el plazo en que el inversor sea acreedor o accionistas de Carbures.
De esta forma, en el caso de Carbures vulnerara estas cláusulas, el inversor catalán, que quiere mantener su identidad en el anonimato, tendrá derecho a quedarse con hasta el 17,1% del capital de la compañía. Esto implica que los 13,05 millones de euros que presta, se canjearían por acciones que a los precios previos a la suspensión de cotización, 5,34 euros por título, sumarían 69,7 millones. Dicho de otro modo, supondría valorar cada acción en algo menos de 1 euros, cinco veces menos, por tanto, de su último precio de mercado. Claro que esto sólo ocurriría si se incumple alguna de las condiciones del contrato y hace efectivas las garantías que a título personal han firmado el principal accionista de la empresa y el consejero delegado. El objetivo del inversor, no obstante, es canjear una parte de la deuda por acciones de Carbures representativas de no menos del 5% de la compañía, según señalan fuentes conocedoras de las negociaciones.
En el hecho relevante que remitió ayer a Bolsas y Mercados Españoles (BME), Carbures señaló que el crédito de 13,05 millones conseguido es una muestra de "plena confianza en el proyecto" de la compañía, "en su en su posicionamiento geoestratégico con nueve plantas de fabricación y siete centros técnicos de ingeniería, dispersas por seis países claves, así como en el desarrollo, implementación y comercialización de la tecnología propia de Carbures para la fabricación en series largas de piezas de coche en fibra de carbono, algo que hoy en día aún no se conoce en el mercado de automoción".
La concesión de este crédito es el resultado de las negociaciones que ha mantenido personalmente Tarragó desde hace varias semanas. De hecho, el consejero delegado aseguró recientemente que estaba ultimando un préstamo por 12 millones de euros, fundamentalmente de "gente muy cercana a la que he podido explicar el proyecto y que no necesita esperar a la auditoría". Precisamente, según contó este diario, las fuentes consultadas aseguran que el informe de PwC estará en manos de Carbures antes de fin de año.
Al margen del crédito del inversor catalán, Carbures ha logrado otros 3,3 millones de liquidez. De ellos, 2,1 millones proceden de una sociedad familiar de Tarragó y 258.000 euros del propio consejero delegado. El millón restante proviene de otro accionista que quiere aportar financiación con el objetivo de aumentar su participación llegado el momento. Todos tienes las garantías de la participación de las sociedades a través de las cuales Contreras tiene cerca del 28% de las acciones. En todo caso, los cuatro inversores, según Carbures, "han mostrado su interés en canjear o convertir la deuda en títulos y así aumentar su participación accionarial", en el caso de los que ya son propietarios, o de entrar en el capital social como nuevos socios, en el caso del grupo industrial.
"Con estas operaciones de financiación privada garantizamos la continuidad de la operativa industrial de la compañía durante todo 2015 porque nos permiten seguir trabajando y fabricando piezas de avión, coche y estructuras de obra civil en materiales compuestos, en cumplimiento de nuestra hoja de ruta”, explica Tarragó en la nota. La compañía, no obstante, está a la espera de nuevas vías de crédito, fundamentalmente a través de la banca, para sí poder trazar su nuevo plan estratégico. Todo, obviamente, supeditado al resultado de la auditoría de PwC y al levantamiento de la suspensión en Bolsa.