Los administradores concursales de Fagor Electrodomésticos han admitido que la compañía, que fue adquirida el pasado verano por la firma catalana Cata, integrada en CNA Group, un deterioro adicional de 11 millones de euros derivado de los saldos de clientes de la antigua empresa del Grupo Mondragón. Así lo señalan en las respuestas remitidas a requerimiento de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Este importe se suma a los 14,2 millones ya detetiorados por deudores en la reformulación de las cuentas anuales correspondientes a 2013 que Fagor realizó el año pasado.
Galagarza Electrodomésticos, filial de Cata, se adjudicó las principales unidades de producción de Fagor (y de Edesa) en julio de 2014 por 38,5 millones de euros. Venció así la argelina Cevital, que ofrecía 25 millones. Además, el grupo catalán garantizaba un compromiso de empleo acumulado de hasta 850 trabajadores en cuatro años, mientras que la oferta de Cevital alcanzaba los 545 trabajadores. Tres meses después, Cata se hizo con los saldos de clientes por otros cuatro millones de euros y el 50% de los cobros realizados. Los administradores concursales tuvieron en cuenta la oferta a la hora de estimar el valor razonable de la cartera de clientes, que arrojó, como se ha mencionado, un deterioro adicional de 14,2 millones en la reformulación de las cuentas anuales de 2013, cuando Fagor declaró la suspensión de pagos.
Aquellos cálculos estimativos "no se basaron -señala ahora la administración concursal- en los cobros acaecidos con posterioridad al cierre del ejercicio, sino en las expectativas de cobro resultantes de la oferta de Galagarza Electrodomésticos (actualmente denominada Edesa Industrial) realizadas por miembros del departamento comercial de Fagor". Obviamente, añaden en su respuesta a la CNMV, "ni al momento de reformular las cuentas anuales, ni al momento de dar por finalizados los procedimientos de auditoría, fue posible aportar cobros como evidencia de la estimación efectuada, pues todavía no se había producido ninguna rendición de cuentas".
De acuerdo con el contrato de cesión de créditos del 29 de septiembre de 2014, que se hizo público al cierre de octubre, por el que finalmete fueron vendidos los saldos de clientes, Cata efectuará trimestralmente rendiciones de cuentas al cedente sobre el estado de los cobros y las gestiones efectuadas, si bien las partes acordaron que la primera liquidación se efectuará el 8 de abril de 2015.
Ahora bien, de acuerdo al documento enviado al supervisor, "de las conversaciones mantenidas con la dirección de la cesionaria (Cata) sobre la evolución de sus gestiones de cobro puede concluirse que de momento la estimación efectuada en su momento debería ajustarse con un deterioro adicional de 11 millones de euros, sin que nos sea posible aportar documentación que acredite esta nueva estimación, pues no será posible disponer de ella hasta el próximo 8 de abril, cuando la cesionaria efectúe la primera liquidación de la sociedad".
En su escrito, los administradores concursales consideran que la nueva estimación del valor de liquidación de la cartera "corresponde a un cambio de estimado contable, pues es consecuencia de la obtención de información adicional, de una mayor experiencia y del conocimiento de nuevos hechos". En consecuencia, subrayan, "el deterioro adicional mencionado sería registrado como gasto del ejercicio 2014, quedando todavía el saldo de deudores sujeto a las incertidumbres inherentes a todo proceso de liquidación". Es por ello que creen que "no es oportuno" reformular las cuentas de 2013 al estimar que los deterioros adicionales no son "suficientemente significativos", máxime en un contexto global de liquidación del grupo, "con escasos recursos humanos y económicos".
En todo caso, será la CNMV quien decidirá si la empresa ha dado respuesta válida a las salvedades que Deloitte encontró en las cuentas de 2013 y por las que eligió no expresar su opinión sobre las mismas. En el informe del auditor, Fagor reconocía unas deudas de 721 millones, fundamentalmente con las entidades bancarias (257 millones) y sus acreedores comerciales (328 millones), frente a unos activos de 183 millones.
Este escenario, no obstante, no impide que la nueva Fagor CNA dibuje un horizonte esperanzador, con un crecimiento de la plantilla de "unos cuantos centenares" en el segundo y tercer trimestre de 2015, así como la producción de frigoríficos en la planta de San Andrés de Arrasate (Guipúzcoa) dentro de "unos cinco meses". Así lo anunció este lunes el presidente Jorge Parladé, que incidió en que el grupo quiere expandir su presencia internacional, alcanzando mercados en los que nunca estuvo como Rusia, Brasil, Argentina y algunos países del Este. En esta línea, la compañía prevé que facturación será de unos 200 millones de euros en 2015, para duplicarla en 2016 y situarla así al mismo nivel que el último año completo de Fagor en 2012.