A finales de 2013 hubo algunos empresarios madrileños del sector de la repostería que acusaron a los catalanes de Granier de "guerra de precios", porque mientras ellos ofrecían un cruasán a 1,10 euros, los otros despuntaban vendiendo 3 por 1,5. "Es imposible que puedan ofrecer estos precios, lo hacen para cargarse a la competencia", denunciaron algunos de ellos en televisión. Desde la repostería catalana, sin embargo, se defendían alegando que no estaban haciendo una guerra contra nadie, simplemente entrando en un mercado nuevo con tácticas de captación de clientes agresivas. Competencia, en definitiva.
La 'guerra del cruasán' quedó en nada y, un año después de aquello, Pans Granier ha seguido con el crecimiento exponencial de sus franquicias. Este 2014 ha sido sin duda su gran año, con 84 aperturas nuevas hasta llegar a un total de 241 en España, a las que se suma una apertura reciente en Roma y otra en Estados Unidos, según datos de la empresa. Los precios de derribo ya no son su táctica a seguir, una vez asentados en el mercado después de que la compañía naciera en 2009. En Madrid, el mercado donde tanta polémica crearon el año pasado, su éxito ha seguido siendo notorio y han pasado de 38 establecimientos a 50, la mayoría de ellos en el centro de la ciudad.
Pero las aperturas no se han quedado en la capital, pues en este mes de diciembre ha abierto nuevos centros en la provincia de Málaga (2), Granada, Orense, Gijón y Valencia. Ya en 2015, abrirá otras cinco tiendas a lo largo del primer mes del año en las provincias de Pontevedra, Girona, Tarragona, Valencia y Huelva, según la revista sectorial Alimarket.
"Nuestro concepto de negocio busca la diferenciación y especialización ante una oferta actual, basada en producto de baja calidad y muy barato"
Acusados por los competidores
La propia empresa se define a sí misma de esta manera: "Nuestro concepto de negocio busca la diferenciación y especialización ante una oferta actual, basada en producto de baja calidad y muy barato. Los fundadores de este concepto cuentan con más de 20 años de experiencia en el sector, tanto en la dirección de tiendas propias y en la distribución de panadería a nivel nacional e internacional así como en la elaboración de productos de alta calidad en su obrador propio. Esta experiencia cosechada les ha permitido desarrollar un concepto de negocio novedoso en el mercado actual, ofreciendo a sus clientes una gran variedad y calidad de producto. Detrás de nuestra fórmula de negocio y de cada local existe una clara vocación de profesionalidad y de servicio a nuestros clientes que se traduce en los más altos estándares de calidad, a precios competitivos".
Sin embargo, sus competidores acusaron a la panificadora catalana de no realizar productos artesanos, y esto es radicalmente cierto. Los productos de panadería de Granier se fabrican al por mayor en Vilanova i La Geltrú, provincia de Barcelona, donde se congelan en cámaras frigoríficas para enviarlos a sus franquicias. Allí se mantienen congeladas hasta que se vuelven a hornear. El resultado no envidia en nada a un producto horneado de un modo más tradicional, y la empresa dirigida por Juan Pedro Conde ha conseguido crear una economía de escala que le permite ser muy competitiva en precio.
Multiplicando beneficios
Nacida en 2009, ha multiplicado por 10 sus beneficios en cinco años. Si en 2009 ganó 70.000 euros, en 2013, el año en que saltó a la fama por su prácticas, obtuvo un beneficio de 783.960 euros, lo que suponía un salto cualitativo frente a los 237.630 de 2012. Este 2014, los beneficios podrían multiplicarse pues la facturación en 2013 llegó a los 11 millones de euros y este año tienen una estimación de 40 millones de euros. Los empleados han crecido desde su inicio de forma moderada: de 11 fijos y 9 no fijos en 2009 a 49 fijos y 27 no fijos el año pasado.
En este tiempo, su patrimonio neto ha pasado de 86.000 euros a 1,2 millones según los datos del Registro Mercantil.