Las acciones de OHL vivieron una jornada de alta volatilidad para cerrar la peor semana de su historia bajo su actual denominación. El final fue feliz, con un avance del 8%, pero a lo largo de la sesión llegó a desplomarse un 14% debido a las dudas que genera en el mercado su situación, especialmente en lo que tiene que ver con su elevado endeudamiento.
Los bruscos movimientos del valor dejan bien a las claras que los especuladores se han hecho con el control de la cotización. Poco después de la apertura, volvía a ser protagonista de la sesión en Bolsa y por el mismo motivo que en sesiones anteriores: sus notables caídas. A media sesión, la compañía presidida por Juan Villar-Mir de Fuentes protagonizaba descensos superiores al 10%, que se unían a los que ya registró en los pasados días, tras conocerse tanto sus resultados semestrales como la rebaja de calificación a cargo de Moody’s. En las últimas siete sesiones, el desplome acumulado por OHL superaba el 48%. Por entonces, el balance de OHL desde el inicio del año indicaba que había perdido dos tercios de su capitalización.
Poco después de comenzar la sesión, el mercado dejó claro que la jornada de ayer, que OHL cerró sin apenas cambios en su precio, había sido simplemente una corta tregua. Después de una hora desde el inicio de la jornada, las ventas comenzaron a imponerse para llevar a la acción de OHL a perder la cota de los 2 euros, con un mínimo intradía de 1,75 euros.
Todo cambió a dos horas del cierre de la jornada. OHL se dio la vuelta y comenzó un meteórico ascenso al que sólo el toque de la campana que indica el final de la contratación pudo parar. De aquel 1,75 euros de mínimo intradía se pasó al 2,28 euros del cierre.
La actuación de los especuladores
Los expertos ven la actuación de los especuladores detrás de estos movimientos tan bruscos que, además, no están motivados por noticias conocidas en las últimas horas. "El problema para un valor que alcanza precios demasiado reducidos es que, a partir de ese momento, es cada vez más sencillo moverlo en el mercado", apunta un operador bursátil.
La presión de los inversores viene motivada por los resultados publicados por OHL el pasado viernes, al cierre del mercado, que arrojaron una caída del 94% en los beneficios, que se quedaron en apenas 3 millones de euros, debido a una provisión extraordinaria que el grupo se vio obligado a hacer por uno de sus principales contratos en el exterior, concretamente un hospital en Canadá.
El pasado miércoles, Moody’s hizo público que rebajaba la nota de la deuda de la compañía a B3, sólo una por encima de empezar a considerar a la empresa como de muy alto riesgo de impago. La agencia de calificación alertó sobre el fuerte apalancamiento financiero de OHL, con una ratio deuda/Ebitda de casi 14 veces, al tiempo que apuntaba que las previsiones de la empresa para reducir el endeudamiento no serían suficientes para mantener incluso la nueva nota.
Aquel día, OHL cerró la sesión con una espectacular caída del 24%, la mayor de su historia con la actual denominación.
Fuentes próximas a la empresa han achacado estos descensos pronunciados del valor a los ataques de especuladores bursátiles que apuestan a la baja sobre la compañía. Los ya célebres bajistas actúan tomando prestados títulos de la empresa y vendiéndolos rápidamente en el mercado para después comprarlos a menor precio (siempre que la puesta salga bien) y proceder a devolver el préstamo con beneficios para sus intereses.
En las últimas semanas, las posiciones cortas sobre OHL se han incrementado hasta rozar el 5% de su capital. Sin embargo, en otras ocasiones esta proporción ha superado el 9%.