El pasado mes de junio el pequeño estado de la costa oeste de Estados Unidos de Connecticut puso en duda una de las mayores operaciones efectuadas en la historia de Iberdrola, la adquisición de la energética UIL por 2.700 millones de euros, acordada en febrero, a través de Iberdrola USA. La Autoridad Reguladora de Servicios Públicos de Connecticut (PURA, sus siglas en inglés) informó que rechazaba la operación por entender que la fusión no aseguraba que la compañía resultante ofreciera un servicio fiable. Pero la multinacional española parece haber salvado ese escollo y está cerca de culminar la compra, prevista para finales de este año.
Según ha informado Iberdrola USA al regulador del mercado estadounidense (SEC), el 31 de julio pasado presentó una nueva propuesta a PURA. "La nueva propuesta incluye compromisos e identifica beneficios de interés público para cumplir con los requisitos legales en Connecticut para la aprobación de un cambio de control", asegura la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán. Entre otras propuestas, Iberdrola ha ofrecido créditos a los clientes de la empresa por 20 millones de dólares, congelar las tarifas hasta 2018, o contribuir con siete millones de dólares a un fondo de energía limpia. Además, se ha comprometido a contratar a 150 personas en los próximos tres años para ofrecer servicios de fiabilidad y de respuesta a posibles fugas de gas, así como a proteger financieramente a las empresas de posibles quiebras en el futuro.
La energética española se ha comprometido a contratar 150 personas
Iberdrola USA prevé una decisión final del PURA antes o el mismo día 4 de diciembre, y admite no obstante que no existe "garantía de que el organismo apruebe la fusión o que no vaya a imponer otras condiciones".
Otra de las autoridades estadounidenses que ha puesto pegas a la operación es un organismo de Massachusetts, el Department of Public Utilities (DPU), con competencia en el sector energético. Iberdrola USA ha informado que el pasado día 6 de agosto presentó nuevas condiciones al organismo similares a las presentadas al PURA.
El grupo español ha logrado ya convencer a otra de las autoridades estadounidenses del beneficio de la operación. Se trata del Committee on Foreign Investments in the U.S. (CFIUS), que estudia y aprueba o deniega las adquisiciones por parte de empresas extranjeras. Según explica Iberdrola USA, el pasado mes de mayo el organismo inició la revisión de la operación, y eldía 16 de junio comunicó que había finalizado los estudios y que aprobaba la fusión por no suponer "ningún riesgo para la seguridad del país".
Iberdrola y UIL también obtuvieron el visto bueno a la operación a principios de junio por parte del FERC, que vela por el empleo de determinadas instalaciones. Las compañías tendrán que recibir también la aprobación de la SEC para la cotización de las nuevas acciones del grupo resultante.
Aunque la operación también requiere de la aprobación de los accionistas de UIL, el consejo de administración de la compañía estadounidense, que ya acordó en febrero la venta, anima a sus inversores a ello. Tal y como acordaron a principios de año los ejecutivos de ambas compañias, Iberdrola tendrá el 81,5% de la empresa resultante de la fusión, que cotizará en la Bolsa de Nueva York. Iberdrola desembolsará 597 millones de dólares en metálico y el resto en acciones. Como resultado, Iberdrola tendrá el 81,5% de Iberdrola USA y el 18,5% será de UIL.
UIL cotiza en la Bolsa de Nueva York y es propietaria de sociedades de electricidad y gas en los estados de Connecticut y Massachusetts.