El pasado jueves fue un día histórico para Inditex y no sólo porque su cotización alcanzara un nuevo máximo. Al cierre de aquella jornada, la rentabilidad del valor desde que comenzó a cotizar en Bolsa, en mayo de 2001, superó la cota del 1.000%, un hito que no muchas empresas han logrado en todo el mundo. La prolongada alegría bursátil ha hecho que Inditex cierre la semana dejando este particular hito en el 1.048%. Una cifra que se eleva hasta el 1.155% incluyendo en el cálculo los dividendos que ha repartido a lo largo de estos años.
Es sin duda la clave para que su fundador, ex presidente y principal accionista, Amancio Ortega, porfíe por ocupar un lugar de privilegio entre las principales fortunas del mundo. La web de la revista Forbes llegó a situarle el viernes en el lugar más alto del podio. Para la lista que actualiza diariamente la agencia Bloomberg, a Ortega aún le restan algunos miles de millones de dólares más para dar caza a Bill Gates. Los que tratan o han tratado alguna vez con Ortega coinciden en señalar que ésta es la menor de las preocupaciones del empresario.
La trayectoria alcista de Inditex en Bolsa tiene una serie de particularidades que la hacen aún más meritoria. La compañía ha alcanzado los cuatro dígitos de rentabilidad sin llevar a cabo operaciones de compra de acciones propias ni una ampliación de capital. No ha emitido bonos, pagarés ni otros valores de renta fija. No ha tenido el estímulo de la entrada de un inversor de relevancia, aparte de algunos institucionales custodios que han aparecido y desaparecido sin hacer ruido.
Ha sido una escalada a pulmón, sin más oxígeno que el de los números reflejados en los fundamentales y los resultados de Inditex. La compañía podrá presumir de haber cosechado tal rentabilidad después de debutar en el mismo año en que Wall Street, el mercado más importante del mundo, estuvo una semana cerrado a causa de los atentados en Nueva York contra las torres gemelas, el 11 de septiembre de 2001. Y después de haber atravesado las crisis provocadas por los estallidos de las burbujas tecnológica, inmobiliaria y crediticia.
La aportación de Pablo Isla
Ninguna de estas circunstancias ha impedido que Inditex sea un caso prácticamente único en la Bolsa española. Cualquier accionista que acudiera a la Oferta Pública de Venta (OPV) de la compañía ha visto multiplicada su inversión por 11,5 veces. Obviamente, el más destacado de los socios es Ortega. No compró en la OPV (al contrario, fue el sistema que empleó para vender un pequeño porcentaje), en la que obtuvo algo más de 1.000 millones de euros. Cantidad muy respetable pero que parece calderilla y palidece al lado de los más de 5.700 millones que el empresario se ha embolsado a lo largo de estos años únicamente en concepto de dividendos.
La rentabilidad lograda por Inditex a lo largo estos años ha hecho que la participación de Amancio Ortega en la compañía esté valorada en casi 62.400 millones de euros. Una cifra que supera la capitalización de todas las empresas que cotizan en la Bolsa española salvo dos: Santander y la propia Inditex. Ya sólo con las acciones de Inditex, Ortega vale más que la mismísima Telefónica. Pero si se añade la valoración de sus otros activos, principalmente su extensa cartera inmobiliaria, el valor de la fortuna del fundador de Inditex se acerca mucho al de Santander.
El actual presidente de la compañía, Pablo Isla, también es parte de esta historia. Incorporado como consejero delegado a la compañía hace diez años, Isla ha potenciado el crecimiento de Inditex. Desde su nombramiento, los títulos de la compañía han subido un nada desdeñable 681%.
De la Astroc de Bañuelos a Apple
Poco antes de la crisis se dio el último caso de cotizada que alcanzó un 1.000% de rentabilidad, aunque necesitó mucho menos tiempo. Astroc, la inmobiliaria creada de la nada por Enrique Bañuelos, lo consiguió en apenas nueve meses.
Sin embargo, su desplome fue casi tan rápido como su fulgurante ascenso. Paradójicamente, Amancio Ortega también forma parte de esa historia porque se hizo con un 5% de la empresa, en plena ascensión. Una inversión que se fue prácticamente en su totalidad por el desagüe. Una de los escasos tropezones de Ortega.
En el mismo periodo en que Inditex ha subido un 1.048%, el Ibex-35 ha avanzado un 28%. Y la tecnológica Apple, la mayor empresa del mundo por capitalización bursátil, un 6.600%. La virtud sigue estando en el término medio.