Los consejeros de Jazztel y todo su equipo directivo han cobrado ya un goloso premio de 35,87 millones de euros por haber convertido a la compañía de telecomunicaciones en la gran alternativa a los tres operadores mayoritarios (Telefónica, Vodafone y Orange) y encumbrar su valor en Bolsa hasta la increíble cota de los 2.672 millones de euros a cierre de este miércoles.
La burbuja que vive la teleco ha hecho ricos a sus máximos ejecutivos, que lo serán mucho más si consiguen consolidar su historia de éxito de aquí a 2018. Los diez directivos de más alto rango, con su consejero delegado a la cabeza, José Miguel García, son beneficiarios de sendos planes de opciones sobre acciones para los periodos 2013-2016 y 2013-2018, que les reportarán al final del proceso la mareante cifra de 49,52 millones de euros.
Eso sí, sólo cobrarán al final de sendos periodos y, por supuesto, si consiguen los cómodos objetivos que el consejo de administración les ha fijado, que al ritmo que va la compañía alcanzarán de buena lid.
Con el primer plan, del que este mismo 2014 podrán ya cobrar un 25%, ganarán un total de 16,77 millones de euros en su conjunto, tomando como valor de referencia los 10,5 euros de media a los que la acción viene cotizando en las últimas semanas. A este valor habría que restar los 4,33 euros por título de precio de ejercicio que recoge el programa que aparece detallado en el informe de gestión de 2013.
El mejor parado será García, que recibe 600.000 acciones, por las que se embolsará unos 3,7 millones de euros, ejecutables a cuartas partes entre 2014 y 2016.
Si la acción llega a 9,98 euros en marzo de 2018, la cúpula directiva se llevará en total 32,8 millones de euros al ejecutar las acciones gratuitas con las que les ha premiado la compañía
Su secretario del consejo, José Ortiz, recibirá 250.000 títulos, que le reportarán 1,54 millones. Tanto García como Ortiz son los únicos dos ejecutivos con asiento en el consejo de administración que preside Leopoldo Fernández Pujals.
Los restantes ocho directivos de confianza del consejero delegado recibirán un premio de 1,87 millones de acciones, por las que cobrarán cuando las vendan unos 11,53 millones de euros, tomando por referencia los 10,5 euros por título. Todo esto será de ahora al 20 de mayo de 2017, cuando vence el último plazo de ejecución del primer plan.
Alcanzada esa fecha, les tocará esperar sólo hasta el 15 de marzo de 2018 para poder cobrar el segundo y más suculento programa de opciones sobre acciones, porque todas los títulos que recibirán y que podrán ejecutar ese día son gratuitos, según la información que figura en el informe de gestión.
Al máximo ejecutivo le caerá un millón de acciones que podrá cobrar en su totalidad si ese día las acciones alcanzan un precio de 9,98 euros (ayer cerraron a 10,58 euros) y por las que se embolsará 9,98 millones de euros. De esta forma, García, que ya ha cobrado 15,6 millones en marzo por los planes pasados, como publicaba ayer este diario, sumará un bonus total de 29,3 millones de euros por su gestión al frente de Jazztel estos años.
Con los planes de opciones ejecutados en 2014 más los que vencen en 2016 y 2018, el bonus conjunto que cobrará la cúpula directiva estos años superará los 85 millones de euros
Ortiz, al que la empresa le premiará con 350.000 títulos, se embolsará 3,5 millones en marzo de 2018, mientras que los restantes ocho directivos, que se repartirán 1,87 millones de acciones, cobrarán 19,31 millones de euros.
Así que con las opciones ejecutadas y cobradas hasta 2016 más las que se embolsarán hasta 2018, la cúpula directiva se llevará los 50 millones de euros antes mencionados, aunque una parte importante (el 52%) se lo quedará el Ministerio de Hacienda. Si se suma esta cantidad a los 35,87 millones recién cobrados, el volumen total de los bonus para la cúpula directiva se dispara por encima de los 85 millones de euros.
Jazztel se ha convertido, sin duda, en una de las empresas del Ibex 35 que mejor trata a sus ejecutivos, mientras sobre su futuro planea la operación de compra que está estudiando Orange para responder al golpe de mano dado por Vodafone al adquirir ONO.
Precisamente, el principal problema que para Orange tiene la operación es el alto precio a pagar (más de 3.000 millones de euros con su correspondiente prima de control) por una compañía que ha tenido un desarrollo fulgurante en los últimos dos años, pero que aún no cuenta con una base de clientes que justifique ese precio, señalan fuentes del sector consultadas.