Jorge Calvet Spinatsch, el que fuera presidente y consejero delegado de Gamesa hasta su despido en mayo de 2012, ha decidido aprovechar el know-how acumulado en sus tres años y medio al frente del fabricante de aerogeneradores navarro para volcarse, junto con otros ex directivos de Gamesa, en una nueva empresa del sector de las energías renovables.
En esta nueva aventura, el financiero, en cuyo despido tuvo mucho que ver el hartazgo de Iberdrola (principal accionista de Gamesa) por los malos resultados del fabricante de molinos, se ha granjeado el apoyo financiero de Geroa, el mayor fondo vasco de empleo, y se ha marcado el ambicioso objetivo de “crear un grupo de referencia en el desarrollo de proyectos de energías renovables a nivel global”.
La empresa en cuestión, Jenner Renewables S.à r.l., tiene su domicilio fiscal en el Gran Ducado de Luxemburgo (aunque sus oficinas administrativas están en Madrid) y Calvet es su administrador único desde junio del año pasado, cuando fue constituida. Jenner Renewables “planea expandirse globalmente en los dos próximos años y abarcar proyectos en operación” incluyendo tecnologías como la eólica, la solar, la hidráulica, la geotérmica y la biomasa, según explica en su web.
Para ello, Calvet ha logrado convencer a un socio financiero fuertemente implantado en el País Vasco, territorio históricamente ligado a Iberdrola, cuya sede social está en Bilbao.
Se trata de la entidad de previsión social guipuzcoana Geroa Pentsioak EPSV, un ente promovido en 1996 por la patronal guipuzcoana Adegi y los sindicatos ELA, LAB, CCOO y UGT, que cuida de los complementos de jubilación de 241.000 trabajadores guipuzcoanos de sectores como el metal, la siderurgia, la cerámica, el vidrio y el textil.
Geroa, que gestiona un patrimonio de 1.300 millones de euros, aportó 7,5 millones en septiembre pasado
Geroa se incorporó al capital de Jenner en septiembre pasado con una aportación de 7,5 millones de euros, según consta en el Registro Mercantil luxemburgués.
La entidad guipuzcoana, que cada año recibe aportaciones de unas 10.800 empresas de esa provincia, gestiona un patrimonio de unos 1.300 millones de euros que invierte en diferentes sectores y tiene como objetivo complementar las pensiones públicas de los empleados adheridos a ella en el momento en que dejan de ser activos (por motivos como jubilación, incapacidad, orfandad, viudedad...).
Los fondos aportados a la empresa de Calvet, otra más de las inversiones de Geroa, pueden contribuir a apuntalar el crecimiento de Jenner Renewables, compañía que nace con vocación de crecimiento internacional y que, en definitiva, competirá con Gamesa (que también promueve parques eólicos para su posterior venta) y con la propia Iberdrola, que es el líder mundial en la energía del viento.
Jenner, con la que no ha sido posible contactar, asegura en su web que “cuenta con un equipo de profesionales y especialistas de localización de activos energéticos renovables con una amplia experiencia en el sector financiero corporativo y energético”. “Cada miembro de nuestro equipo directivo acumula una media de más de 15 años de experiencia en el análisis, desarrollo y venta de miles de MW de energías renovables”, añade.
Entre esos gestores, además del propio Jorge Calvet, al que Gamesa despidió hace menos de dos años con una indemnización de 2,1 millones de euros, figuran otros exdirectivos del grupo que también han dejado la compañía recientemente, como el gaditano Jerónimo Camacho, ex director general de Relaciones Institucionales de Gamesa y antiguo responsable de Negocios y Estrategia del Centro Nacional de Energías Renovables (CENER), y el británico Peter Pantlin, directivo de Gamesa en Reino Unido hasta el año pasado.
Con esta aventura, Calvet (Madrid, 1957) quizá tenga más suerte de la que cosechó en su etapa en UBS España (del que fue consejero delegado hasta que dimitió en 2001) o Fortis y Beta Capital (de las que también salió precipitadamente en 2003), o de la propia Gamesa, que tras su salida, y agobiada por el agresivo plan de expansión concebido por el financiero madrileño, ha tenido que prescindir de más de 2.000 empleados para volver a la senda de la rentabilidad.