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Los precios de la energía dan margen a Soria para bajar la luz en abril pese al ‘impuestazo’

Los futuros del segundo trimestre apuntan a un abaratamiento que permitirían una caída del recibo sin precedentes, de en torno al 6%. Según Industria, la tarifa evolucionará en función de lo que diga “el mercado”.

  • Central hidroeléctrica de San Esteban, en Ourense.

El pronóstico del ministro José Manuel Soria, a contracorriente de los de la mayoría de empresas y analistas del sector eléctrico, se está cumpliendo en parte; al menos, de momento. Los impuestos a la producción de electricidad que entraron en vigor el pasado enero no han tenido, de cara al próximo trimestre, un especial efecto inflacionista en los precios mayoristas de la electricidad, en línea con lo que predijo el titular de Industria tras confirmar, en septiembre pasado, que se aplicaría esa batería de medidas fiscales, conocidas como impuestazo al sector, para intentar contener la hemorragia del déficit tarifario.

Los futuros de la electricidad para el segundo trimestre en el mercado ibérico OMIP cotizan a niveles inferiores a los que marcó la subasta Cesur para comercializadores de último recurso de diciembre pasado, que determinó las actuales tarifas. Entonces, sí se apreció una evolución alcista, en vísperas de la entrada en vigor de la batería de impuestos. La energía (que supone en torno a la mitad del recibo) se encareció un 6%, lo que arrojó una nueva subida de la tarifa de último recurso (TUR, a la que están acogidos la mayoría de usuarios domésticos) del 3%.

Ahora, todo apunta a una bajada. Aplicados los correspondientes coeficientes correctores, si se mantienen las cotizaciones actuales en la subasta prevista para el próximo día 20, primera desde la entrada en vigor del impuestazo, el abaratamiento de la energía sería de en torno al 12,2%, por lo que la TUR disminuiría del orden del 6%, una caída sin precedentes.

En concreto, el producto de base para el segundo trimestre, el más representativo, cotiza a 47,4 euros por megavatio hora (MWh), un 12,5% por debajo de los precios que marcó la anterior Cesur; y el producto de punta cotiza en 52,52 euros, un 14,1% menos que en diciembre. Respecto a hace un año, también se aprecian caídas, aunque inferiores: de en torno al 7%.

Fuentes del sector atribuyen la caída a varias causas: factores estacionales, la elevada hidraulicidad (las reservas de los embalses son un 59% superiores a la media de la última década) y la caída del consumo por el agravamiento de la recesión. En febrero, la demanda se pegó un batacazo del 5,5% que en el acumulado de los dos primeros meses del año alcanzó el 4,8%. En ese periodo, un 45,2% de la producción fue renovable (incluyendo la producción de la hidráulica).

Industria, que planea reducir drásticamente el umbral de potencia para acogerse a la TUR (lo que dejará sin tarifa protegida a millones de usuarios), ha prometido que este año no va a tocar los peajes (la parte regulada del recibo), y que la TUR evolucionará en función de lo que determine “el mercado”, como suele decir el ministro. Hasta ahora, la norma ha sido que los precios que arroja la Cesur acaben siendo superiores a los que, en el siguiente trimestre, arroja el mercado diario (donde se negocia físicamente la energía), lo que en la práctica se traduce en un perjuicio para el consumidor. 

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