Hace poco más de dos meses, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) se presentaba en sociedad ante los mercados con motivo de la emisión de bonos de su filial que aglutina todo lo relacionado con la alta velocidad. El balance de la compañía habla de activos valorados en 38.893 millones de euros, que se corresponden básicamente con la red de AVE en España, tanto la operativa como la que está en construcción. Una cifra imponente que, no obstante, palidece un tanto cuando se compara con la inversión llevada a cabo o comprometida para la red, muy cercana a los 50.000 millones de euros desde que se inició la apuesta por la alta velocidad ferroviaria.
Así las cosas, de cada 100 euros que los distintos gobiernos que han pasado por Moncloa han invertido en la red de AVE, algo más de 22 han sido víctimas de una depreciación de activos que se hace patente tanto en los trazados históricos, como el inaugural entre Madrid y Sevilla y el Madrid-Barcelona, y también en los más recientes, el caso del Madrid-Levante.
Las líneas que están actualmente en funcionamiento aparecen valoradas en los libros de Adif AV en algo más de 26.500 millones de euros mientras que los casi 12.500 restantes se corresponden con los múltiples trazados que actualmente están en proceso de construcción y que suman más de 1.700 kilómetros.
Entre ellos destacan algunos proyectos rodeados de polémica, como el que tiene previsto unir León y Asturias, que cuenta con una inversión proyectada y contabilizada superior a los 2.500 millones de euros y cuyo futuro sigue siendo una incógnita debido a las dificultades surgidas en la denominada variante de Pajares, con el túnel para salvar el puerto que encarece enormemente la obra.
Líderes europeos
Otro de ellos es el discurrirá por el centro de Madrid para unir las estaciones de Atocha y Chamartín, separadas por apenas una decena de kilómetros a través del denominado “túnel de la risa”, y para la que hay prevista una inversión cercana a los 600 millones de euros.
La primera conexión ferroviaria que existirá entre Murcia y Almería será de alta velocidad y costará algo más de 1.700 millones de euros, aunque el proyecto también está en el aire después de que Adif decidiera cerrar el doble túnel de más de siete kilómetros que se encuentra en el trazado (y que se lleva casi la tercera parte de la inversión total) para estudiar más en profundidad la viabilidad del trazado.
De esta forma, después de dos décadas largas de inversión en alta velocidad, los números no se ven reflejados en el valor de los activos de la red.
Casi uno de cada tres kilómetros de trazado de alta velocidad que hay en Europa discurre por suelo español. Una circunstancia que sólo puede explicarse con un enorme esfuerzo inversor que, por ahora, ofrece resultados más de que dudosos, a tenor también de las bajas rentabilidades por kilómetro que presentan las diferentes líneas que están actualmente en explotación.