Los esfuerzos de José María Castellano, presidente de Novagalicia, de mantener una entidad independiente y en solitario no tendrán más recorrido. La llegada de ayudas europeas a la entidad gallega implicará su venta. Una vez que se haya recapitalizado con el dinero procedente de Europa y haya saneado su cartera inmobiliaria tóxica transfiriéndola al banco malo, la entidad gallega será puesta en venta, según han asegurado fuentes del Banco de España. Este proceso no se iniciará hasta que no concluya la subasta de CatalunyaCaixa, que se adjudicará a lo largo del primer trimestre de 2013.
De todas las entidades nacionalizadas, exceptuando Bankia, Castellano siempre había intentado lograr inversores privados para mantener la independencia de Novagalicia. De hecho, logró captar 70 millones de inversores gallegos como paso previo a una salida privada en la que el presidente aseguraba contar con compromisos de inversión por parte de fondos estadounidenses por valor de 1.000 millones. Sin embargo, las directrices del MOU y de Bruselas son claras: Novagalicia tendrá que ser subastada al igual que CatalunyaCaixa. Esto se debe a que Bruselas entiende que después de la millonaria inversión que va a realizar en estas dos entidades, Novagalicia y CatalunyaCaixa no pueden seguir siendo competidoras en el mercado financiero. Si fuera así iría en contra de las leyes de competencia de la Unión Europea. Bankia se libra de esta obligación debido a su carácter sistémico.