El ministro de Industria, José Manuel Soria, prevé apretar hoy las tuercas a las petroleras tirando de buena parte de los argumentos con los que la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) ha explicado el encarecimiento de los combustibles en España.
En especial, Soria ha hecho suya la tesis de que los precios de los carburantes, que la semana pasada pulverizaron un nuevo máximo histórico tras la entrada en vigor de la subida del IVA, se disparan “como cohetes” cuando el crudo se encarece, y bajan “como plumas” cuando se abarata.
Aunque ha utilizado otras palabras: según el ministro, los combustibles se encarecen de manera "desproporcionada" y ha criticado la "inmediata traslación" de las subidas de precios de la materia prima y la lentitud con la que, en cambio, se repercuten las bajadas.
Según fuentes del sector, la reunión entre el ministro y los directivos de las principales compañías petroleras, anunciada por el propio Soria el pasado lunes, y en la que el titular de Industria exhortará a las empresas a que bajen los precios, tendrá lugar previsiblemente a última hora de esta tarde, aunque al cierre de esta edición no había ninguna confirmación oficial por parte del ministerio ni de las empresas.
Se espera que al encuentro acudan los responsables de las tres compañías con refinerías en España
Soria dijo el lunes que convocaría a los "máximos responsables" de las compañías, en un encuentro al que están citados los representantes de las tres empresas que tienen capacidad de refino en España: Repsol (que cuenta con cuatro refinerías y una quinta compartida con Cepsa), la propia Cepsa (que tiene otras tres refinerías) y la británica BP.
Se espera que al encuentro (que se prevé muy corto) acudan representantes del máximo nivel: el presidente de Repsol, Antonio Brufau; su homólogo en BP España, Jorge Lanza; y el presidente de Cepsa, Santiago Bergareche (la petrolera, controlada por el emirato de Abu Dhabi, también podría enviar a su director de operaciones, Pedro Miró).
El ministro comparte con la CNC buena parte de su diagnóstico sobre el negocio de distribución de carburantes, pero no los remedios para mejorar su funcionamiento: si bien apoya algunas de las propuestas de la Comisión de Competencia, como la de facilitar la puesta en marcha de nuevas estaciones de servicio y evitar la concentración de puntos de venta de una misma enseña en una misma zona, ha planteado otras iniciativas de su cosecha.
Soria ha planteado la imposición de un nuevo impuesto al refino, como hizo Italia
A modo de "ejemplo" ("No quiere decir que vaya a aplicarse", ha dicho), Soria ha asegurado que existe "evidencia empírica" de que la introducción de un nuevo impuesto a los refineros, como hizo Italia en 2008, no tiene por qué repercutirse en el precio final.
Pese a los contundentes mensajes que ha lanzado en los últimos días contra las petroleras, el titular de Industria parece haber eximido al sector de la aplicación del denominado céntimo verde a las gasolinas para reducir el déficit de tarifa del sistema eléctrico (desfase entre ingresos y costes regulados), que en principio sólo se aplicaría al gas natural.
Fuentes del sector del refino aseguran que las empresas no tienen colchón para bajar los precios (la patronal AOP dice que el margen del mayorista es de apenas el 1% del precio final) y atribuyen la escalada en el surtidor a la evolución del coste de la materia prima y a la creciente presión fiscal.
La imposición que viene (en enero se elimina la exención fiscal de los carburantes) ha sido, dicen en el sector, determinante para que el céntimo verde a las gasolinas quede, en principio, descartado.
Entre las empresas cunde la resignación ante las exigencias del ministro y todo apunta a que, por fin, los precios bajarán a costa de sus márgenes. No obstante, un directivo del sector, que pide el anonimato, recuerda que en el pasado, los sucesivos Gobiernos han protagonizado llamamientos similares sin demasiado éxito. La petición de Soria es, dice, "como un disparo al cielo".