Iberdrola registró un beneficio neto de 1.518 millones de euros durante los seis primeros meses del año, lo que supone un aumento del 4,2% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, según ha informado este jueves la eléctrica.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó en 3.752 millones de euros, un 3,6% inferior al del primer semestre de 2016, impulsado por el negocio de redes, principalmente en Estados Unidos, pero afectado por el negocio liberalizado en Reino Unido y el bajo recurso hidroeléctrico y eólico en España.
AVANGRID, filial americana de Iberdrola en Estados Unidos de la que el grupo posee el 81,5% y que cotiza en la Bolsa de Nueva York, aumentó su beneficio neto un 14% hasta los 359 millones de dólares. Gracias a su positiva evolución en bolsa en el año, la rentabilidad total al accionista (RTA) supera el 21%, más de dos veces superior a la del índice de referencia S&P 500 Utilities, según señala la eléctrica.
Las inversiones aumentaron un 35% y alcanzaron los 2.512 millones de euros, de los que más del 91% está destinado a crecimiento en proyectos de redes, renovables y generación con contratos a largo plazo. El 90% de las inversiones contempladas en las Perspectivas 2016-2020 -25.000 millones de euros- está ya ejecutado o en construcción.
Iberdrola ha realizado 1.500 nuevas contrataciones durante el periodo, con lo que su fuerza laboral roza las 30.000 personas, y ha cerrado compras por valor de 3.187 millones de euros, un 11,6% más que en el mismo periodo de 2016, a 13.800 proveedores.
En el segundo semestre del año se pondrán en marcha un total de 1.350 MW, en su mayoría de proyectos renovables, entre los que destaca el segundo parque eólico marino de la compañía: Wikinger, de 350 MW de potencia, en el mar Báltico alemán.
La integración de Elektro en Neoenergia, participadas de Iberdrola en Brasil, dará lugar a la mayor empresa eléctrica del país, de la cual Iberdrola poseerá el 52,45%.
La operación sigue su curso y ha recibido la primera aprobación del regulador de la Competencia (CADE). Quedan pendientes la autorización de la Agencia Nacional de la Energía Eléctrica (ANEEL) y la del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que llegarán previsiblemente en agosto.