Las tensiones internas crecientes en FCC han terminado por hacer saltar por los aires a Carlos Jarque, el primer consejero delegado de la compañía en la ‘era Slim’. El magnate mexicano, principal accionista de la empresa de construcción y servicios, ha tenido que tomar cartas en el asunto para resolver una situación que amenazaba con poner en dificultades al grupo ante la falta de entendimiento entre el primer ejecutivo y los responsables de las principales divisiones, especialmente las de agua y medioambiente.
Durante la tarde del martes saltaba la sorpresa en el sector y en no pocos rincones y pasillos de la propia compañía. FCC comunicaba a través de un hecho relevante que su consejo de administración había aceptado la dimisión presentada por Jarque, al tiempo que anunciaba su relevo por Pablo Colio, responsable desde el pasado enero del área de construcción del grupo.
Detrás de la dimisión de Jarque, que permanecerá como consejero dominical de FCC, en representación del grupo de Slim, quedan meses de duros enfrentamientos y desconexiones con la alta dirección, especialmente personificados en Félix Parra, director general de Aqualia, y Agustín García Gila, responsable de la división de medioambiente.
Sin duda, un asunto más que delicado, toda vez que ambas líneas de negocio se han convertido en el pilar fundamental de FCC y el principal sostén de la cuenta de resultados como consecuencia, entre otros factores, de los efectos de la crisis en la construcción.
Presupuestos revisados
En los meses previos al verano, la tensión había subido de tono debido a las discrepancias con los planes de Jarque en relación con la división de medioambiente, para la que creía adecuado un ajuste de plantilla que García Gila no estaba dispuesto a llevar a cabo. Además, el consejero delegado de FCC, apoyado en el área financiera que encabeza Miguel Martínez Parra (otro hombre de Slim que también ha dimitido como consejero), había revisado al alza los presupuestos de las divisiones, con unos objetivos poco menos que inalcanzables, lo que generó un profundo malestar en los departamentos afectados.
La falta de entendimiento con Jarque hizo que las posiciones se radicalizaran, especialmente en el caso de García Gila, que amenazó con dejar la compañía y dejar sin timón una de las divisiones claves para el futuro de FCC. En Aqualia, la situación no era mucho mejor pero su trascendencia para el grupo es indudable, especialmente desde la emisión de bonos de la pasada primavera por valor de 1.350 millones de euros, que posibilitó la refinanciación de la deuda de la compañía que preside Esther Alcocer Koplowitz.
Según fuentes conocedoras de la situación, Carlos Slim, a quien llegaban de lejos el sonido de los tambores de guerra, decidió tomar cartas en el asunto. En primer lugar, paró la marcha de García Gila, que prácticamente se daba por descontada. Posteriormente, contribuyó a tranquilizar las aguas al examinar los presupuestos presentados por las divisiones y las revisiones del equipo financiero y concluir que debían prevalecer los primeros.
Reforzados en el consejo
La culminación del proceso fue el consejo del pasado 28 de julio, el último antes de las vacaciones, en el que se aprobaron las cuentas de FCC correspondientes al primer semestre (presentadas por la compañía al mercado el 31 de ese mismo mes). Al parecer, Slim destacó de forma notable la contribución de las áreas de agua y medioambiente a los resultados y la importancia de la fortaleza de las cifras presentadas por Aqualia, hasta el punto de que el dueño de Telmex solicitó un aplauso para los artífices del éxito como refrendo de sus palabras.
El magnate mexicano había dejado prácticamente en bandeja la resolución del problema. Cuando todo parecía indicar que volvería a recurrir a una persona de su entorno de negocios para suplir a Jarque, saltó la sorpresa con la elección de Pablo Colio.
Aunque, pese a llevar casi un cuarto de siglo en FCC, toda su trayectoria profesional, podría decirse que Colio es un "hombre de Slim", ya que fue promocionado a comienzos de año para ser el máximo responsable de la división de construcción, en sustitución de Miguel Jurado, que había quedado tocado por el ‘caso Acuamed’.
Precisamente, Colio, del que destacan su carácter dialogante y negociador, era de los que mantenía una relación más correcta con Jarque y conoce a la perfección a los responsables de las otras divisiones.