Hoy se anuncia oficialmente la disolución de Redtel, la Asociación Española de Operadores de Telecomunicaciones con red propia que en 2007 crearon Telefónica, Ono, Vodafone y Orange. Estaba presidida por Francisco Román, presidente de Vodafone España, y según sus socios ya había conseguido los objetivos principales para los que se fundó, cuando su labor de lobby iba encaminada a promovor el desarrollo de las infraestructuras de telecomunicaciones en España.
Según las versión oficial, los cuatro socios han decidido de forma "colectiva y mancomunada" poner fin a la aventura, señalan fuentes del sector, que recuerdan que todas ellas siguen representadas en la otra gran patronal Ametic y que ya no tiene sentido seguir pagando cuotas a dos asociaciones.
Pero detrás de esa versión oficial subyace la verdadera causa de la desaparición de Redtel. La guerra abierta entre Telefónica, que se ha aliado con Yoigo, y Vodafone y Orange, que tienen un acuerdo para el desarrollo conjunto de fibra óptica, había provocado el enconamiento de las relaciones entre los socios, como confirman varias fuentes del sector de las telecomunicaciones.
Hasta el punto de que en los últimos meses, la actividad de Redtel se había paralizado porque los socios no se ponían de acuerdo para posicionarse conjuntamente ante asuntos clave como la nueva Ley General de Telecomunicaciones (LGT) o el polémico proceso de integración de los reguladores en la CNMC y el traslado de importantes competencias al Ministerio de Industria.
Las grandes telecos ni siquiera han esperado a que la Ley de Telecos termine su proceso parlamentario para fulminar su lobby, renunciando así a influir, a través de él, en diputados y senadores
Los pronunciamientos de Redtel ante estos temas fueron tímidos o inexistentes. "Es más, no sólo no se ponen de acuerdo sino que deciden, en este caso sí se ponen de acuerdo, cerrar Redtel cuando la ley más importante del sector aún está en proceso parlamentario, con el debate de las enmiendas. Su deber como patronal sería seguir al pie del cañón aportando sus tesis a diputados y senadores para mejorar la LGT, pero no lo han hecho", denuncia una de estas fuentes.
Ya hubo fricciones cuando los cuatro intentaron tomar una posición común ante cómo debería quedar recogida en la Ley la jurisprudencia sentada por el Supremo sobre la fiscalidad aplicada por los ayuntamientos a los operadores de red.
Pero la gota que ha colmado el vaso han sido las denuncias presentadas por Orange y Vodafone contra el acuerdo de Telefónica con Yoigo, que ha acabado con la apertura de un expediente sancionador por parte de la CNMC por supuestas prácticas anticompetitivas. Hacía mucho tiempo que no se libraba una guerra tan abierta en un sector acostumbrado a disputas por los abusos de posición dominante y a políticas más agesivas y competitivas frente a sectores oligopolísticos como el eléctrico o el de las gasolineras.
En el último año, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, ahora integrada en la CNMC, ha estado paralizada a la espera de la fusión de los grandes reguladores, lo que había dejado en stand by algunas de las luchas en el sector, pero el nuevo superregulador ha abierto el expediente sancionador a las pocas semanas de echar a andar.
Este enfrentamiento hacía inviable que las compañías se pusieran de acuerdo en el seno de Redtel cuando se trataban asuntos de vital importancia para el funcionamiento del sector. Así que todas ellas, al menos, se han puesto de acuerdo en una decisión, la de cerrar la patronal.