Hubo una época a finales del siglo XIX en la que los pocos coches que circulaban por Estados Unidos eran básicamente eléctricos. En Alemania, Siemens patentó su 'Viktoria', enteramente con electricidad, en 1905, mientras los ingenieros Diesel y Benz (gasolina) iniciaban el motor de explosión. Finalmente, lo más fácil se impuso y el siglo XX ha sido sin lugar a dudas el siglo del petróleo. Más de 100 años más tarde, el escándalo Volkswagen ha vuelto a poner en el punto de mira esta tecnología, provocando que muchos se pregunten por qué no se inaugura la época de la movilidad eléctrica. Hoy existen coches eléctricos competitivos, limpios, bonitos y rápidos. En el caso de los modelos premium de Tesla Motors, sus precios son muy elevados pero inferiores a los deportivos de gasolina de su gama. Tienen, aseguran expertos del coche eléctrico, mejores prestaciones que un motor de combustión. Y no contaminan nada, como tampoco hacen ruido.
Pero, a pesar de todas estas supuestas ventajas, los coches eléctricos siguen siendo una excepción, al menos en España, lastrados por una regulación estricta y por el inexistente impulso público.
En España, contraviniendo una tendencia general, las matriculaciones de Tesla han bajado en 2015 respecto al año anterior
Tesla Motors, la gran constructora de vehículos eléctricos a nivel mundial, ha visto en esta crisis su oportunidad para expandirse proclamando que el diésel "ha llegado a su límite". Sin embargo, en España las matriculaciones de su Model S han bajado en 2015 (sólo 8 hasta septiembre) respecto a 2014 (14) según los datos de Anfac. En un camino inverso al de Estados Unidos y el resto de Europa, las ventas de la empresa de la que todos hablan en Silicon Valley han caído en España en medio de problemas con su oficina comercial. Un dueño de un Tesla en nuestro país carece por el momento de puntos específicos para la carga (supercargadores), así como de talleres de reparación específicos tal y como muestra esta imagen.
Como puede verse, España es ahora mismo un agujero negro en cuento a puntos de carga y a talleres. Por ello un usuario de Tesla en España ha de tener casi obligatoriamente un cargador especial en su garaje, pues si utiliza una conexión eléctrica normal el Tesla podría tardar hasta un día en llenar sus baterías. Los primeros supercargadores aparecieron este verano en Catalunya, pues la idea de Tesla es establecer una ruta que necesariamente proviene de Francia. Endesa está colaborando con la californiana en estas instalaciones aunque, según cuentan fuentes conocedoras del coche eléctrico, ha tenido disputas con Tesla por la intención de la española de quedarse con la titularidad de los puntos de carga, algo que Tesla no acepta. En la eléctrica ni confirman ni desmienten este hecho, pero sí corroboran que su colaboración con Tesla sigue activa.
La empresa presidida por el sudafricano Musk, con un crecimiento exponencial en países como Noruega, ha dado palos de ciego en España en los últimos años coincidiendo con la época en la que el Gobierno del Partido Popular, concretamente el Ministerio de Industria de José Manuel Soria, ha estado al frente de la regulación eléctrica. "En Tesla se considera que la colaboración de la administración española no ha sido todo lo proactiva que se esperaba. Cuando una tecnología está empezando lo que debería de hacerse es ponerle ciertas facilidades como la respectiva a los puntos de carga. Pero si aplicas unas medidas de seguridad desproporcionadas a un servicio que apenas tiene usuarios aún..." quien así habla es Mark Gemmel, amante del coche eléctrico y CEO de la consultora 'Drive and Dream', especializada en vehículos eléctricos. Este escocés afincado en España asegura que la tecnología eléctrica (él posee varios vehículos) es hasta cuatro veces más barata que la de combustión. Y que sus prestaciones son superiores. "El que se compra un deportivo clásico está tirando el dinero", asegura.
Las grandes marcas "han hecho inversiones en tecnología de combustión que tienen que rentabilizar"
No obstante, la superioridad medioambiental de los vehículos eléctricos choca con los intereses de los fabricantes, "que siguen interesados en explotar sus motores de combustión, porque han hecho inversiones millonarias que no se rentabilizan en un año". Este sería el motivo de que, quitando algunos modelos como el Kangoo Z.E., completamente eléctrico y de similares prestaciones a su homólogo de combustión, pocas marcas apuestan de verdad por un coche enchufable, "y suelen ofrecer modelos con diseños raros que no pueden sustituir a un coche tradicional".
Esta sensibilidad hacia los intereses de las casas de coches tradicionales es, según muchos expertos, especialmente acusada en el actual Gobierno español. Para Gemmel, esto no se debe a una intrínseca maldad del PP ni a la posibilidad de que vayan a encontrar acomodo en el futuro en el consejo de administración de una gran automotriz. Es más bien la única opción a la que las circunstancias fuerzan al Ejecutivo: "Las grandes fábricas españolas son todas de capital extranjero y la mayoría aún no se ha lanzado a fabricar el coche eléctrico. Una sola decisión empresarial fuera de España podría destruir miles de empleos en el país, y un apoyo al coche eléctrico no sería bien visto por los que tienen que garantizar la continuidad de este empleo", asegura.
Coche veloz y silencioso
Este periodista ha tenido ocasión de probar un Tesla Roadster por las carreteras de la sierra de Madrid. Su diseño no difiere en mucho de cualquier Ferrari, Porsche u otro deportivo. Encajarse en uno de sus dos asientos es complicado, pero una vez que el vehículo arranca sorprende el silencio sepulcral. Incluso tiene un dispositivo para hacer un poco de ruido, de forma que alerte al resto de peatones, a los animales, etc. Cuando el vehículo sale a una vía de velocidad alta, pisar mínimamente su pedal de aceleración nos deja clavados en el respaldo. Se trata de una auténtica máquina con el equivalente a 288 cv.
Una máquina con el equivalente a 288 cv, que te deja clavado en el asiento al pisar el acelerador, no emite sin embargo ningún ruido
Con este vehículo, y con el Tesla Model S, Gemmel asegura haber realizado viajes de largo recorrido, aunque hay que tener cuidado siempre de dónde hay un punto de carga próximo, algo que te indica el propio coche a través de su navegador. "Por ejemplo, en un viaje de Madrid a Barcelona hay un hotel con cargador específico en Zaragoza que utilizamos para ello los que disponemos de coches eléctricos. Muchas veces te vas a tomar un café, a estirar las piernas y cuando vuelves el vehículo ya tiene un nivel de carga casi al completo". En la última prueba reportada por Tesla con su Model X de costa a costa de Estados Unidos, la batería se recargó completamente en 20 minutos.
En estos gráficos podemos ver la cotización bursátil de Tesla, Volkswagen y Exxon en los últimos dos años. La primera se dispara, las otras dos sufren. Quizá esto sea el reflejo de lo que está por venir, máxime cuando muchas de las grandes ciudades occidentales han alcanzado en los últimos años límites de polución del aire intolerables. Pero como siempre, hay muchos intereses, muchos miles de millones en juego. El cambio tal vez se produzca, pero no vendrá en modo de revolución casi con seguridad. De algún modo, las cotizaciones de algunas de las compañías indicadas ya parecen anunciar esta inversión en la tendencia.