Endesa no renuncia a pagar el correspondiente dividendo pese a la tormenta de la crisis del coronavirus. La energética que dirige José Bogás repartirá entre sus accionistas 1.542 millones de euros, el 95% de su beneficio de 2019. Una decisión que deben aprobar los propios interesados en la junta del próximo 5 de mayo, principalmente la energética italiana Enel, dueña del 70% de los votos de esta junta y a la que corresponden 1.092 millones de este dividendo.
Enel, cuyo 23% está en manos del Estado italiano, cobrará en este año excepcional un 8% más en dividendo que lo recibido en el anterior ejercicio. Endesa repartió entre sus accionistas por los resultados de 2018 un total de 1.427 millones de euros, 998 millones fueron para el inversor italiano, y 1.415 millones por el ejercicio anterior.
En total, la multinacional italiana ingresará 3.068 millones de euros por el dividendo de Endesa de los tres últimos ejercicios. Y la empresa española mantendrá esta entrega a Enel. El pasado mes de noviembre, Endesa actualizó su plan estratégico para el periodo 2019-2022, en el que prevé repartir unos 5.970 millones de euros en dividendos entre sus accionistas en esos cuatro años, de los que 4.179 millones irán para Enel.
Aunque la senda de remuneración al accionista la 'hoja de ruta' se irá suavizando, si no decide cambiar de planes por la crisis sanitaria. Para 2019 abonará un dividendo mínimo de 1,4 euros brutos por acción, que ratifica así con esos 1,475 euros, y en 2020 prevé alcanzar los 1,6 euros. La retribución al accionista en 2021 se situará en un mínimo de 1,4 euros brutos por acción y en 2022 será de 1,3 euros por título.
Limitación del mandato
Además del dividendo, Enel propondrá en la junta limitar el mandato del presidente de la entidad -un puesto representativo, sin funciones ejecutivas- a un máximo de 12 años por razones de buen Gobierno corporativo. En la actualidad lo ostenta el jurista Juan Sánchez-Calero, quien hace un año sustituyó en el cargo a Borja Prado.
Los accionistas de Endesa también deberán aprobar un nuevo plan de retribución variable a largo plazo dirigido a consejeros ejecutivos y directivos con responsabilidades estratégicas. Los beneficiarios percibirán el 50% en acciones de la compañía y el resto en dinero, hasta alcanzar el importe total que corresponda a cada uno.
En el caso del consejero delegado, José Bogas, el incentivo base será de 518.000 euros y optará a un número máximo de acciones de 10.752. Éste, además, verá incrementada su retribución fija un 30%, desde los 740.000 euros anuales hasta los 960.000 euros durante el período, al objeto de dejarlo un 10% por debajo de la media de sus homólogos en otras empresas comparables por dimensión y sector.
Por último, los accionistas deberán aprobar el 5 de mayo el nombramiento de Alicia Koplowitz (FCC), Pilar González de Frutos (Unespa) y Eugenia Bieto (ESADE) como consejeras independientes será otro de los puntos importantes del encuentro de mayo. De esta forma, el órgano de administración de la energética dirigida por José Bogas alcanzará el objetivo de que el número de consejeras represente, al menos, el 30% del total de miembros del consejo.