La nueva reforma energética se ha convertido en la gran preocupación para la banca española. No en vano, el sector financiero español cuenta con cerca de 45.000 millones 'pillados' en créditos a renovables, según cálculos de las propias entidades. El sector fotovoltaico cuenta con un volumen de financiación de 20.000 millones; alrededor de 15.000 millones concedieron los bancos en préstamos para los parques eólicos, mientras que la energía termosolar tiene un saldo de financiación que ronda los 9.000 millones.
La preocupación es máxima entre la banca por el impacto que pueda tener el recorte de primas. Especialmente, en el sector fotovoltaico, donde hay más de 50.000 pequeños y medianos ahorradores que invirtieron en estos parques al calor de la burbuja que se creó a partir de 2007 con el pago de desorbitadas primas a la producción de energía solar.
Las entidades ya han comenzado a realizar las primeras proyecciones del impacto que la reforma pueda tener en sus cuentas por indicación del Banco de España. Sin embargo, no podrán afinar la cifra definitiva hasta el final del primer trimestre de 2014. "Estamos a la espera de que el Ministerio de Industria defina cuáles van a ser las remuneraciones por antigüedad en cada sector para conocer con exactitud su impacto", explican desde un par de entidades.
Una vez definida la nueva tabla de remuneraciones, cada entidad tendrá que estudiar crédito a crédito como quedarán afectados por la nueva reglamentación. Hasta el momento, la banca, al igual que los inversores, apenas conocen unas líneas generales que adelantan que las plantas de mayor antigüedad o en función de una determinada potencia instalada serán las que sufran un mayor recorte de primas al haberse beneficiado más tiempo de las altas remuneraciones a las renovables. En ese mismo peligro están las instalaciones que recibieron una mayores primas por instalación. Las más afectadas por este tipo de recorte son, especialmente, los huertos fotovoltaicos.
Hasta el primer trimestre de 2014, la banca no conocerá con exactitud el impacto en sus cuentas de la reducción de primas a la renovables. "Aún no ha habido ningún particular que haya entregado las llaves", confirman desde el sector
Los más de 50.000 inversores, según datos de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier), que se embarcaron en el boom fotovoltaico, han visto como con los sucesivos recortes de primas han hundido la rentabilidad de sus proyectos. Muchos de ellos no pueden afrontar el pago de sus créditos, lo que podría provocar una oleada de entrada en concurso de acreedores de las plantas.
Los bancos temen que con el nuevo sistema de “retribución razonable” que se implantará, se produzca una avalancha de cierre de huertos solares por impago de los créditos, lo que dejaría en los balances de las entidades nuevos activos tóxicos, en este caso renovables.
"Aún no se ha dado ningún caso de particulares que haya entregado las llaves al banco. El riesgo de impago es mucho menor que en el inmobiliario, por ejemplo, porque las plantas son un activo que siguen generando, aunque en menor cuantía, ingresos. Lo que si se producirá es una avalancha de alargamiento de plazos", explican desde varios bancos. Las condiciones en las que se negociaron los créditos en el boom de las renovables prometían rentabilidades de entre el 10 y el 15% garantizadas por 20 años y con el aval del Estado. Los plazos podrían alargarse ahora a 30 años o más, según confirman desde la banca.
Según los datos de Anpier se concedieron préstamos para proyectos fotovoltaicos por valor de 20.000 millones de euros, de los cuales un 60% los concedieron cinco entidades financieras. Serían 12.000 millones de euros los que BBVA, Caixabank, Caja Rural de Navarra, Cajamar y Santander concedieron a inversores en huertos y plantas solares.
La preocupación del Banco de España es máxima por la posibilidad de que una nueva oleada de activos tóxicos, en este caso procedentes de las renovables, tengan que ser asumidos por los bancos tras los recortes de la reforma energética y el colapso de muchas instalaciones de energías verdes, especialmente fotovoltaicas.
Por ello, el supervisor financiero que dirige Luis María Linde está pidiendo información a las entidades financieras sobre la exposición de cada una de ellas a un sector que ha financiado casi 45.000 millones en proyectos a renovables.