El año 2019 será recordado por la celebración de la Cumbre del Clima en Madrid, pero no precisamente por el papel de las renovables en la generación de electricidad. La aportación de la energía verde en este ámbito se situará en el entorno del 38% al cierre del ejercicio que está a punto de terminar, algo más de cuatro puntos porcentuales por debajo de la cifra registrada hace cinco años. La diferencia en términos absolutos apunta a una brecha aún mayor, ya que en 2019 se va a generar un 13,5% menos de energía eléctrica a partir de fuentes renovables que en 2014.
La celebración en Madrid de la Cumbre del Clima ha permitido poner al día el compromiso de todos los sectores de la economía con la lucha contra el cambio climático, pero también el largo camino que España tiene por delante para cumplir sus ambiciosos objetivos medioambientales. El Plan Integrado de Energía y Clima plantea un horizonte a 2030 para conseguir, entre otras metas, que cerca del 70% de la electricidad del sistema se genere a partir de fuentes renovables. Para conseguir esta meta habrá que casi duplicar la actual.
En plena elaboración del Plan, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguró que España tendría que compensar los diez años de retraso que acumulaba en el desarrollo de las energías renovables. La comparativa de las cifras indica que, al menos en el último lustro, España ha ido hacia atrás en este terreno.
En 2014, el 42,3% de la energía eléctrica generada provino de fuentes renovables. En total, algo más de 107 terawatios/hora (TW/h). Cinco años después, la cifra rondará los 93 TW/h. Un descenso que no se corresponde con el que se ha registrado en el cómputo global de la generación. En 2019 se generará un 3,5% menos de energía eléctrica que en 2014.
Parón de la eólica
Los datos de Red Eléctrica indican que las renovables no han sabido aprovechar el hueco dejado por la generación en las plantas térmicas de carbón, cuya evolución ha constituido el principal cambio del 'mix' en el último lustro. En 2014, algo más de un 16% de la electricidad procedía de este tipo de instalaciones. Cinco años después, la proporción se situará en el entorno del 4,5%.
Las condiciones climatológicas de las últimas semanas han hecho posible que el balance del presente año no sea tan negativo para las energías limpias en el sistema que el que se presentaba poco después del verano. Por entonces, España se encaminaba a su año menos renovable desde 2012.
En el panorama general resulta llamativo el parón en el avance de la eólica, llamada a liderar el impulso de las renovables e incluso sobrepasar a la nuclear como primera tecnología para cubrir la demanda eléctrica. Y más después de que fuera la gran protagonista de las últimas subastas promovidas por el Gobierno en los años 2016 y 2017.
Sin embargo, los múltiples retrasos a la hora de llevar a cabo los trámites para poner en servicio los más de 5.000 megawatios que se adjudicaron a la eólica en estos procesos han provocado que en el último trienio la potencia instalada apenas haya avanzado en este ámbito.
Por el contrario, la fotovoltaica ha irrumpido con mucha fuerza aunque su aportación al 'mix' todavía no es especialmente significativo. El escenario se completa con un entorno de caída de precios en los mercados de gas natural, que ha hecho que la generación eléctrica a partir de ciclos combinados se haya más que duplicado en lo que va de año en relación con el ejercicio anterior.