La guerra por la financiación autonómica ha comenzado. Y las reivindicaciones soberanistas de Cataluña hacen temer al resto que puedan terminar perjudicadas en el reparto final.
Así que tres comunidades del PP con problemas comunes han decido hacer piña y reclamar juntas las mismas cosas de cara a las arduas negociaciones que se avecinan. Los gobiernos autonómicos de Valencia, Murcia y Baleares anunciará este viernes que se aliarán y defenderán exactamente las mismas posiciones en la reforma autonómica.
Las tres sufren un problema con el cálculo de la población. Gracias a la bonanza inmobiliaria de la costa, estas regiones engordaron muy rápidamente el número de habitantes sin que el nuevo censo tuviese un reflejo en la financiación autonómica. De ahí que dos de ellas experimenten en la actualidad graves dificultades para reconducir las cuentas públicas: Valencia y Murcia.
De modo que pelearán porque estos cambios demográficos sean reflejados en las ponderaciones del próximo sistema de financiación. Esta semana Madrid ha iniciado la pugna cargando ya en la primera reunión contra los privilegios de los regímenes forales de País Vasco y Navarra.