España lleva más de una década dentro de la mitad de países europeos con mayor carga fiscal al trabajo, y aparece desde 2014 en la mitad contraria en cuanto a los impuestos a la renta, según el informe 'Paying taxes 2019' ('Pagando impuestos) elaborado por la consultora Price Water House Cooper (PWC) y el Banco Mundial.
Según este informe, España tiene ahora 16 países por encima en Europa en términos de presión fiscal a la renta, pero solo diez si se atiende a los impuestos al trabajo.
La evolución histórica
La letra chica del informe pasa por la evolución de sendas líneas impositivas. Según la línea histórica del informe, la carga fiscal al trabajo en España se ha mantenido estable desde el 2004. En ese año, la tasa de contribución en conceptos de impuestos al trabajo era del 36,3% bajando hasta el 33,7% en 2009. Desde entonces, volvió a crecer progresivamente hasta el 35,7% en 2017.
Otra historia es lo que ha sucedido con la presión fiscal sobre la renta. Esta llegó a superar el 20% en 2004 y 2013, habiendo caído al 1% en 2012. Al cabo de 2017, fue del 10%. Los inversores han denunciado en varias ocasiones la falta de seguridad fiscal que les plantea España en comparación a otros países de Europa.
Es de notar en este sentido que una modificación importante del IRPF defendida por el PSOE del presidente Pedro Sánchez es precisamente la equiparación de la tributación de las rentas del capital con las rentas del trabajo. En concreto, el proyecto presupuestario acordado por Sánchez con Podemos plantea un aumento de cuatro puntos del gravamen para las rentas del ahorro superiores a los 140.000 euros.
La comparativa con Europa
El país europeo mejor valorado por el informe es Irlanda, que gravó tanto la renta como el trabajo en un 12% en 2017. En el otro extremo aparece Francia, cuya carga al trabajo, decreciente, todavía roza el 50%, mientras que la de la renta ya es inferior al 1%. En el medio aparecen países como Italia (34,8% al trabajo, 16,8% a la renta) y Alemania (23,2% al trabajo y 21,5% a la renta). Todos ellos han mantenido sendas líneas de carga fiscal relativamente estables desde 2004.
El mismo estudio puntualiza que la presión fiscal total de España es la décima del continente, del 47%, por detrás de Italia, Estonia, Alemania, Suecia, Eslovaquia, Grecia, Austria, Bélgica y Francia. En Canadá es del 20,5%, en EEUU del 43,8%, en Japón del 46,7%, en Sudamérica por encima del 52% y en Medio Oriente, del 24%.