La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha difundido en su web una advertencia a los inversores elaborada por la European Securities and Markets Authority (ESMA) en la que se exponen los riesgos de las inversiones en productos complejos y con la que pretende trasladar el mensaje de que es mejor no invertir si no se entienden las características del producto.
Según explica la ESMA, algunos de estos productos están diseñados para permitir a los inversores minoristas el acceso a diferentes tipos de activos y a estrategias de inversión que antes solo estaban disponibles para los inversores profesionales. Tras señalar que se suelen comercializar "de una manera agresiva", la autoridad europea aconseja desconfiar de las promesas de rentabilidad "elevada, garantizada, cubierta o absoluta". "Estas promesas a menudo resultan ser engañosas o significan algo distinto a lo que de entrada se podría haber entendido", afirma.
En este sentido, insiste en que algunos productos complejos requieren un alto nivel de conocimiento para evaluar y valorar los riesgos que comportan. Así, cita los derivados o aquellos que incorporan un derivado y los que tienen activos o índices subyacentes de difícil valoración o cuyos precios o valores no están disponibles al público. También menciona los que tienen un plazo fijo de inversión con, por ejemplo, sanciones en caso de retirada prematura que no se explican con claridad; los que utilizan múltiples variables o aplican fórmulas matemáticas complejas para determinar la rentabilidad de la inversión o aquellos que incluyen garantías o protección del capital de carácter condicional o parcial, o que puedan desaparecer en caso de que se produzcan determinados supuestos.
Riesgos
Como ejemplos, la ESMA señala a los bonos de titulización de activos, a los tipos de obligaciones como las convertibles o las subordinadas, a los certificados, los contratos por diferencia, los pagarés vinculados a activos, los productos estructurados y los warrants. Por todo ello, la autoridad europea advierte al consumidor de que debe ser "plenamente consciente" de los riesgos que implican estos productos y le pide que se asegure de las características fundamentales de los mismos con el fin de poder tomar decisiones informadas respecto a su inversión.
Además, detalla los riesgos de estos productos y se centra en el riesgo de no poder vender el producto fácilmente si es necesario hacerlo antes de tiempo o en el riesgo de mercado, que puede generar pérdidas. También advierte de que es posible que el apalancamiento del producto pueda multiplicar fácilmente las pérdidas. A ello suma el riesgo de que el emisor del producto o la empresa que lo gestiona no pague o incumpla su obligación contractual de rembolsar la inversión.
Finalmente apunta que las estructuras complejas en un producto implican que el mismo tiene un coste más elevado porque el consumidor paga por las características subyacentes del mismo. Además, los honorarios y las comisiones generalmente se incluyen en la estructura de los productos y, por lo tanto, "no son fáciles de detectar".