Las entidades financieras y las firmas de banca privada independientes han encontrado en las sicav su nuevo aliado para ganar dinero. El panorama de incertidumbre que muestran los mercados ha convencido a muchos inversores otra vez de que las sicav vuelven a ser un vehículo adecuado para colocar su dinero, toda vez que actúan a la manera de una cartera discrecional, pero con las ventajas propias de este tipo de sociedades.
La crisis sirvió para destapar que muchas de estas sicav, creadas expresamente por algunas entidades para los inversores mediante la concesión de créditos vinculados, no contaban con el patrimonio idóneo para poder ofrecer una rentabilidad adecuada acorde con el patrimonio invertido, que se situaba más bien cerca del mínimo de los 2,4 millones de euros exigido por ley.
Pero la incipiente recuperación económica y la falta de perspectiva de encontrar activos sin riesgo que ofrezcan una rentabilidad como la de hace unos años han servido de acicate para que los inversores vuelvan a ver a las sicav con buenos ojos, aparte del buen período bursátil vivido durante el año pasado. El intenso movimiento de fichajes que está viviendo el sector de banca privada también explica este flechazo de las personas con un nivel de activos elevado.
Basta un dato para darse cuenta del auge de estas sociedades: durante este primer trimestre del año ya se han creado casi la misma cantidad de sicav que se formalizaron en 2013. Si a finales de diciembre había 57 sociedades de este tipo (casi un 2% más que en 2012), a 20 de marzo ya había constituidas unas 50.
Y es que las sicav mejor gestionadas pueden significar hasta un 62% de rentabilidad para sus accionistas, según los datos de VDOS. Es el caso de las dos mejores sociedades de este tipo, Terde Inversiones y World Policy Sicav, ambas de UBS Gestión, que cerraron 2013 con un 61,96% y un 61,39% de revalorización respectivamente. Las dos están presididas por Pilar Peinado Bruna, la mujer de Álvaro Alepuz, consejero de Cementos Portland Valderribas y antiguo responsable de Safei, la conocida sociedad de valores de los años 90.
Terde contaba con 111 accionistas a finales del año pasado, aunque el 82% de los 18 millones de euros de patrimonio de la sociedad se encontraban en manos de un único inversor. Y hasta un 81% de la cartera se encontraba invertida en empresas cotizadas en Wall Street. Las tres principales posiciones eran Phoenix Company (12% de los activos en renta variable de la sociedad), American Reprograph (9,8%) y ITT Educational Services (9%), aunque una gran parte del patrimonio está invertido en el sector financiero, con nombres tan conocidos como Bank of America o Citigroup, según los datos públicos de la CNMV. La parte de renta fija está invertida mayoritariamente en deuda española.
World Policy Sicav es más pequeña en patrimonio (11,4 millones) pero tiene el mismo número de accionistas y la misma vocación inversora global, ya que también mantiene la gran parte de la cartera (un 84% del patrimonio) en bolsa, con la misma inclinación por las compañías norteramericana. En este caso, también figura un accionista significativo que acapara casi el 44% de las acciones de la sociedad.
Pero hay otras sicav que ofrecen datos de rentabilidad igualmente espectaculares. Las siguientes por revalorización en 2013, según VDOS, fueron Gonvara Capital, con un 55,8% y gestionada por Bankinter Gestión; Eikon 99, con un 52,9% y asesorada por BBVA AM.
Los inversores particulares pueden aprovechar estos buenos datos de rentabilidad porque las sicav cotizan en el mercado alternativo bursátil. Pero deben de tener en cuenta que serán accionistas minoritarios dentro de una sociedad que suele estar dominada principalmente por un solo socio y sus familiares.