El coto a la economía digital está cada vez más cerca. La Comisión Europea ha propuesto este miércoles fijar un impuesto del 3% sobre la facturación de las grandes empresas digitales como Google, Amazon, Facebook y Apple para gravar sus actividades allí dónde generan valor y atajar las prácticas que les permiten reducir al mínimo su contribución a las arcas públicas europeas. La iniciativa parte de Francia y cuenta con el apoyo de las principales economías -Alemania, España, Italia o el Reino Unido, entre otros.
De hecho, el pasado mes de septiembre, los ministros de Finanzas de Francia, Alemania, Italia y España enviaron una carta al presidente del Eurogrupo pidiéndole que explorara opciones para establecer un impuesto armonizado sobre el volumen de negocio generado en Europa por los gigantes digitales. Y alguno de estos países ya han dado pasos al frente de forma individual, como Francia o Italia. En España, Hacienda ya estaba planteando actuar también por su cuenta, como publicamos en este periódico.
¿Cómo es el impuesto que se ha planteado la Comisión?
Es una figura temporal que abarque las principales actividades digitales actualmente exentas por completo de impuestos en la UE. Se concreta en un tipo del 3% que se aplicaría a las ventas de las grandes tecnológicas allí donde generen el valor.
¿A qué empresas afecta?
Se considerará que una plataforma digital tiene una "presencia digital gravable" o un establecimiento permanente virtual en un Estado miembro si cumple uno de los siguientes criterios: supera el umbral de 7 millones de ingresos anuales en un Estado miembro, tiene más de 100 000 usuarios en un Estado miembro durante un ejercicio fiscal o genera más de 3.000 contratos de servicios digitales en un ejercicio fiscal entre la sociedad y los usuarios.
¿Quiénes van a ser los grandes perjudicados?
Sin duda alguna a las grandes tecnológicas, conocidas coloquialmente como las 'GAFA': Google, Apple, Facebook y Amazon, multinacionados que se han dedicado a localizar ficticiamente sus filiales en territorios en los que el Impuesto de Sociedades es muy bajo o que incluso no existe.
¿Cuánto se recaudará?
Según los cálculos que se han hecho hasta la fecha, la figura generaría un beneficio fiscal de 5.000 millones, aunque hay que recordar de nuevo que la figura sería temporal.
¿Qué objetivo persigue Bruselas?
Busca crear un nuevo sistema que garantice un vínculo real entre el lugar donde se obtienen los beneficios digitales y el lugar en el que se gravan. A largo plazo, la medida podría integrarse en el ámbito de aplicación de la base imponible consolidada común del Impuesto sobre Sociedades (BICCIS), la iniciativa ya presentada por la Comisión para asignar los beneficios de los grandes grupos multinacionales de una manera que refleje mejor el lugar donde se genera el valor.
¿En qué punto está España?
En febrero, la subdirectora general de fiscalidad internacional, María José Garde, anunció que España estaba estudiando ya la posibilidad de crear una figura temporal para que opere hasta que se actúe a nivel internacional. En ese momento, el Ministerio negó tajantemente las palabras de Garde, pero este mismo martes el nuevo ministro de Economía y Competitividad, Román Escolano apostó por avanzar en esta materia sin necesidad de esperar a un acuerdo global. Así que todo apunta a que la figura llegará a España.