La agenda económica diseñada para enfrentar este tramo de la crisis económica por parte de la Comisión Europea ya está sobre la mesa. El presidente Jean-Claude Juncker pone como epicentro de esta agenda un plan de inversión de 300.000 millones de euros en tres años, financiado con pocos fondos públicos y mucha ingeniería financiera.
Según detalla este sábado El País, el fondo solo cuenta con 16.000 millones procedentes de los presupuestos europeos -2.000 millones es dinero nuevo, pero el resto se basa en reasignaciones de otras partidas- y 5.000 millones de Banco Europeo de Inversiones (BEI) como motor para llegar a los 300.000 millones con un apoyo mayúsculo del sector privado.
El presidente de la Comisión quiere una política fiscal menos severa, en línea con la doctrina Draghi
Juncker busca con este plan romper la Comisión Barroso y cambiar la dirección de las medidas que desde Europa se vienen tomando. El presidente de la Comisión quiere una política fiscal menos severa, en línea con la doctrina Draghi, según apuntan fuentes comunitarias, y ejemplo de esto es la búsqueda del apoyo de Berlín, París y Roma en el pasado G20 en Australia.
Alemania tiene sus reservas al nuevo rumbo, dado que los estímulos keynesianos son algo que no agradan a Angela Merkel, que aceptará el fondo a condición de nuevas reformas en Italia y Francia. “Que Francia e Italia hagan lo que quieran mientras no nos obliguen a hacer más de lo que hacemos”, ese es el mensaje que han pasado tanto Berlín como Londres a Bruselas, según dos altos funcionarios consultados por el diario.
Bruselas le dará un aviso a Francia
Tanto Italia como Francia serán claves en el aspecto fiscal, por ello el Ejecutivo comunitario dará un aviso a Francia por sus presupuestos, dado que se oponen a las metas de déficit. Pero se conformará con retoques para evitar un ajuste duro que arruine la reactivación de la eurozona.
“Hasta hoy todo eran recortes y reformas; ahora se quiere jugar a tres bandas, con la inversión como estímulo"
“Hasta hoy todo eran recortes y reformas; ahora se quiere jugar a tres bandas, con la inversión como estímulo, para que todos remen en la misma dirección”, explican fuentes europeas. “Esa nueva agenda económica cuenta con una constelación política extremadamente favorable”, añaden.
Último retoques al Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas
El Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas –se trata de un posible nombre- se presentará en la Eurocámara el miércoles. Estos últimos días se confeccionan los retoques finales para el fondo, que busca sacar a la eurozona de la crisis con mecanismos similares a los que provocaron la misma.
El vicepresidente Jyrki Katainen iniciará una gira en busca de inversores con el fin de alcanzar los 300.000 millones. Cuenta con 21.000 millones de los fondos públicos, una cifra que el Ejecutivo considera suficientes para conseguir la financiación del plan.
Bruselas tutelará el nuevo fondo y el BEI se convertirá en su brazo ejecutivo de la Comisión para gestionar proyectos. Para llevar a cabo este proyecto será necesario nuevo personal y una nueva orientación a la inversión, que tenga como consecuencia mayores riesgos.
Según afirma el diario, las expectativas de Juncker son tan elevadas y el dinero tan limitado, que los propios diseñadores del fondo temen que los mercados desconfíen de sus repercusiones a nivel macroeconómico, por lo que el equipo del nuevo presidente cree que el BEI debe arriesgarse más “y hay que convencer a los mercados de que Europa va a volver a crecer a la velocidad de ahorro de sobra para llegar a los 300.000 millones. Lo que hay que darles es proyectos viables y operativos”.
