Emilio Botín y Juan Miguel Villar Mir compartirán consejo de administración en el Santander, ya que el segundo entra en sustitución de Manuel Soto. Entre ambos suman 159 años. El nombramiento puede sonar extraño ya que viene enmarcado en la salida de Alfredo Sáenz, un proceso justificado con la necesidad de rejuvenecer el management de la entidad. Villar Mir supera los 80 años (a pesar de que su estado de salud roza lo insultante) y Botín tiene 78.
Pero en este día agridulce para el patrón del banco, al menos se ha dado el placer de incorporar a una persona de su total confianza, de las pocas en España (y en el mundo) que considera su par. No tanto por tamaño de las empresas (aun sumado OHL a Fertiberia y Ferroatlántica, Santander es muy superior) sino por una mezcla de coincidencia generacional, intelectual y el seniority patrimonal necesario.
Mano a mano
Entre otras cosas, Botín y Villar Mir han resuelto mano a mano la controvertida Operación Canalejas, por la que las históricas sedes del banco de la Calle Sevilla y la Plaza de Canalejas se convertirán en centro comercial de alto standing y hotel de lujo, previa concesión de licencias express, como suele ser habitual en estos casos.
La operación ha sido históricamente un quebradero de cabezas para la entidad. Se encasquilló más de una vez y finalmente ha salido hacia adelante, con la indisimulada influencia de los patriarcas de las respectivas compañías implicadas: “esta es una operación de capos, no de empresas”, comentaba un experto inmobiliario sobre la reconversión de Canalejas.
Santander ha sido históricamente el financiador de OHL y sin duda está también apoyando al propio Villar Mir en esta operación. A su vez, el banco ha participado en las colocaciones de las filiales de la constructora en México y Brasil.
Villar Mir es uno de los escasos empresarios saneados dentro del Ibex, con capacidad financiera para participar en otros proyectos. Un cliente de los que quieren en el banco, ya que aporta prestigio y negocio a partes similares. Será interesante ver, cuando acceda al consejo, su participación en Santander. Si no tiene nada, habrá que ver si en el futuro se confirma como uno de los accionistas importantes del grupo. De momento, en los últimos tiempos, la relación entre los dos presidentes ha sido cada vez más estrechas y mejor.
Curiosamente, Villar Mir remplaza a Soto, que cuenta con 'sólo' 72 años. Este último tampoco era un cualquiera: ha sido presidente del consejo mundial de Arthur Andersen, vicepresidente no ejecutivo de Indra y su sicav familiar, Ace Global, gestionada por el Urquijo (Banco Sabadell) tiene posiciones relevantes en Cartera Rea, promovido por José María Loizaga y en el que Soto es consejero, así como en Deya Capital, private equity lanzado por los March.