La banca mediana ha comenzado el semestre de una manera rutilante en Bolsa, especialmente Banco Sabadell, que ha subido un 20% en dos sesiones. La entidad que preside José Oliu fue la peor del Ibex en el semestre anterior, lastrada por la presión de las posiciones cortas, las adquisiciones que ha tenido que digerir en el pasado (la última, Banco Gallego) y las exigencias de capital. Pero julio parece haber revertido esta situación: los bajistas están deshaciendo posiciones a marchas forzadas, los analistas señalan que los requerimientos para Basilea III podrían ser menos duros de lo temido y las recomendaciones comienzan a ser más favorables.
Al cierre, Sabadell se anotó un 13,88%, con lo que su avance semanal alcanzaba el 19,2%. Popular repuntaba un 5,30%, sumando un 9,5% en el mes, mientras Caixabank mejoraba un 5,9%, también hasta el 10% semanal. Curiosamente, los dos valores han fijado durante mucho rato el mismo cambio, de 2,60 euros.
El Gobierno ultima un cambio normativo para que los pasivos fiscales diferidos (Deferred Tax Assets, DTA) consuman menos capital de lo que exige Basilea III, hpmogeneizando el marco con otros países como Italia. Este cambio incrementaría las ratios medios de capital T1 exigidos del 7,9% al 9,1%, según calculaba hoy mismo Morgan Stanley, lo que tendría un impacto positivo en entidades como Santander, CaixaBank o Sabadell, aclaraba el banco de inversión.
Las buenas noticias de los analistas y el cierre de cortos provocaban rápidamente un short squeeze, es decir, un proceso de compra de acciones que no se tienen por parte de quienes las habían vendido a préstamo. El resultando: un pánico alcista.
De repente
Una situación que provoca que, de repente, el mercado se plantee cosas como que Sabadell tiene un balance de 180.000 millones de euros, está razonablemente capitalizado y, sin embargo, vale 4.400 millones de euros.
Sabadell ha sido históricamente una compañía con glamour para accionistas VIP. Ha estado en gran medida Alicia Koplowitz (y algo tiene aún), estuvo Enrique Bañuelos como accionista relevante, vendiendo en zona de máximos históricos con enormes plusvalías; en su consejo están José Manuel Lara, Isak Andik o Sol Daurella y este año reconoció su participación Luis del Rivero, deshaciéndose en elogios públicos al management.
Popular, por su lado, tiene el apoyo decidido de Santander, entidad que aseguró en 700 millones de euros su ampliación de capital y que posteriormente la ha defendido de manera recurrente en sus informes.
Si las necesidades de capital están razonablemente cubiertas, un leve repunte de tipos puede provocar que esta banca mediana se dispare, ante una mejora de sus márgenes. Habrá que verlo, pero de momento, julio ha comenzado con euforia para unos bancos medianos que pone algo de tierra por medio desde sus mínimos históricos, o de los últimos meses.