“Colocamos a EEUU en Econ Defcon 3”, decía este martes Morgan Stanley, ante la incertidumbre que reina sobre la renegociación del techo de deuda. El Defcon 5 es normalidad. El 4, nervios. El tres, “nervios creciendo y condiciones financieras en dificultad”. El 2 es “al borde del colapso financiero” y el 1, “muerte de la economía”.
Una calificación idéntica a la de la película Juegos de Guerra, que identificaba Defcon 1 con la guerra atómica. El propio Warren Buffet afirmó que el posible default de EEUU, casi inevitable sino se eleva ese techo de deuda, sería como una “bomba nuclear”. Y, de momento, los republicanos siguen oponiéndose a que Barack Obama pueda elevar ese nivel por encima de los 16,7 billones (europeos) de dólares.
El informe, firmado por los expertos macro de Morgan Vincent Reinhart y Ellen Zentner, circulaba por las casas de análisis con cierto humor, no en vano el informe destacaba que entre los ciudadanos de EEUU hay más temor por el colapso del estado (shutdown) que por el techo de deuda. Así lo afirmaban los expertos de Morgan, basándose en las búsquedas de Google.
Es decir, EEUU está ahora mismo a la misma distancia del desastre total que de la tranquilidad. Por desgracia, tanto la eurozona como EEUU se han acostumbrado a operar así, superando in extremis situaciones dramáticas que afectarían al estilo de vida de la ciudadanía.
De rogar
Si el pasado año Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE) se hizo mucho de rogar hasta pronunciar las palabras históricas en defensa del euro, la principal economía del mundo tiene una semana para evitar el Defcon 1. Concretamente, el techo de deuda se alcanzará el 17 de este mes.
Todo esto ocurre con la administración paralizada en parte durante los últimos siete días, sin visos de solución. El secretario del Tesoro, Jack Law, comparece este jueves en el Senado para intentar convencer a todas las partes y Obama quiere negociar con los republicanos, pero siempre que haya un compromiso firme para evitar la suspensión de pagos.
Como en una película, el drama se acerca demasiado cerca. En el cine, al final siempre hay final feliz. Es de suponer que en EEUU también se impondrá la cordura. De momento, el mundo vive totalmente ajeno al riesgo cercano de que se reabra una terrorífica crisis de deuda soberana.