El sistema de pensiones ha aguantado ni más ni menos que seis años hasta que se han empezado a percibir de verdad los efectos de la crisis. Incluso en medio de la peor recesión sufrida durante las últimas cinco décadas, todos los años las nuevas prestaciones iban subiendo en término medio a razón de unos 30 o 40 euros respecto al ejercicio anterior.
Sin embargo, esta tendencia se ha roto. La pensión media inicial cae por primera vez desde que la Seguridad Social recoge datos. En lo que llevamos de 2014 hasta agosto, los nuevos pensionistas cobraron por primera vez menos que los que se jubilaron en el curso precedente.
Según el Informe Económico-Financiero de la Seguridad Social publicado con ocasión de los Presupuestos de 2015, la cuantía media inicial ascendió a los 1.030 euros mensuales durante los ocho primeros meses de 2014, diez euros menos que la registrada en 2013.
Del 2000 al 2013, lo normal fue que las nuevas pensiones creciesen de media entre 30 y 60 euros, impulsadas por unos salarios más altos que arrojaban carreras de cotización más elevadas y por lo tanto prestaciones más generosas. Así, las nuevas pensiones siempre resultaban mejor remuneradas.
Sólo se dio una excepción en 2012. Entonces la prestación del régimen general cayó debido a que se incluyeron en este capítulo a las empleadas del hogar y a los trabajadores de régimen agrario por cuenta ajena, cuyas asignaciones eran sensiblemente menores y rebajaron la media. Pero la pensión media del total no descendió, tal y como sí ocurre ahora y puede comprobarse en la tabla a continuación extraída del Informe Económico-Financiero de la Seguridad Social (los datos de 2014 comprenden hasta el 31 de agosto).
¿Y a qué se debe que este año se registren pensiones más bajas? Por un lado, la crisis expulsó del mercado a muchos trabajadores justo al final de su vida laboral, dejando los últimos años de cotización en blanco o con cotizaciones más bajas. Por otro lado, la inflación se encuentra en niveles incluso negativos, y ésta también se toma como referencia para calcular la pensión inicial.
Y por si fuera poco, la reforma de las pensiones de 2011 comienza a sentirse en el cálculo de las prestaciones. Ésta ampliaba gradualmente la base de cálculo de la pensión desde los últimos 15 años trabajados hasta los 25. Y lo hacía sumando un año por ejercicio de forma que sólo se alcanzaran los 25 años de base en el 2022. Es decir, en 2014, dos años después de la entrada en vigor de la reforma, ya se están utilizando los últimos 17 años trabajados en lugar de los 15, y ello empieza a notarse en las cantidades asignadas.
Semejante cambio tiene además un gran impacto sobre los trabajadores autónomos o aquellos que cobran una parte del salario en B, los cuales solían esperar a cumplir los 50 años para engordar sus cotizaciones y así recibir un estipendio mayor.
Pese a que se defendiese que la medida podía ayudar a aquellos trabajadores que habían perdido su empleo en los últimos tiempos, la inflación siempre hace que los salarios sean mucho más altos en los últimos años de cotización. De modo que aumentar el número de años de cómputo en buena lógica reducirá las prestaciones por mucho que ahora la baja inflación corrija este fenómeno. En definitiva, parece que el patrón se desbarata y evoluciona hacia uno con pensiones más escasas que las actuales, si bien lo hace en un contexto de inflaciones muy moderadas y, por consiguiente, menor pérdida de capacidad adquisitiva.
Si se atiende a la clasificación por clases en vez de regímenes, la pensión media inicial de la jubilación ordinaria no disminuye. Pero otra vez lo importante es la tendencia: mientras que en los ejercicios precedentes la prestación subía hasta en 60 euros de un curso para otro sin importar la crisis, este año la pensión sólo se ha elevado en 8 euros. De nuevo, la fuente es el Informe Económico-Financiero de la Seguridad Social:
Al mismo tiempo, esta nueva situación de las pensiones iniciales es coherente con que la pensión media de jubilación haya alcanzado por primera vez los 1.003 euros, ya que la nuevas prestaciones que entran son sustancialmente más elevadas que las que causan baja. Si se contemplan también las de viudedad, orfandad o incapacidad, entonces la pensión media del sistema asciende a los 873 euros.