Economía

Madrid, las islas y el Mediterráneo se llevan la población del interior

El envejecimiento, la caída de la natalidad y el menor flujo migratorio del exterior provocan la despoblación del interior peninsular

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La población española se repartía por el territorio peninsular de forma más uniforme en el año 1950 pero, desde ese año, se ha producido un proceso de redistribución del que han salido ganadoras la Comunidad de Madrid, el litoral mediterráneo y los archipiélagos canario y balear.

Estas regiones han aumentado su población considerablemente (sobre todo la Comunidad Madrid, que ha más que duplicado el número de habitantes dese entonces) peor lo han hecho a costa de la despoblación de las comunidades del interior: las dos Castillas, Extremadura y Aragón y, en menor medida, del Noroeste de España.

Según datos recogidos por el economista Ángel de la Fuente, director ejecutivo de Fedea, las cuatro regiones más pobladas del país en 2016 eran Andalucía, Cataluña, la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana y concentraban el 58,5% de la población total de España, mientras que en el año 1950 acumulaban el 46,1%.

El crecimiento es especialmente fuerte en Madrid, mientras que en las regiones insulares y Cataluña la población ha aumentado un 40% en este periodo, lo mismo que ha disminuido la de Extremadura, Galicia, Castilla-La Mancha y Castilla y León. En Aragón y el Principado de Asturias ha caído más de un 25%.

Tiran las comunidades con más renta y empleo

La población ha disminuido en estas zonas y ha aumentado en las otras tanto por su crecimiento natural (la caída de la natalidad y el envejecimiento) como por el flujo migratorio, aunque el experto explica que ambos suelen tener el mismo signo "porque los inmigrantes suelen estar en edad fértil, lo que tiende a aumentar la tasa de natalidad y reducir la de mortalidad en las regiones receptoras".

"España ha experimentado durante décadas fuertes corrientes migratorias tanto internas como externas que han jugado un papel muy importante en la evolución de su población y más aún en su patrón de asentamiento territorial (...) El peso del componente migratorio ha sido decisivo en la evolución demográfica de buena parte de las comunidades autónomas. En términos generales, los flujos se han dirigido hacia las regiones con mayores niveles de renta y probabilidades más elevadas de empleo".

Cataluña y Madrid son las que más inmigrantes han recibido (han ganado en torno 2,5 millones de personas), seguidas de Valencia (que ha acogido a 1,5 millones). También se sitúan entre las ganadoras Baleares, Canarias y el País Vasco.

Por el contrario, Castilla y León ha perdido un millón de habitantes por la emigración, seguida de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, con entre 650.000 y 830.000 personas perdidas. Galicia está también entre las que ha visto marchar más gente.

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