El precio de los productos agrícolas en España se multiplica por cuatro en su viaje del campo a la mesa. En promedio, el consumidor final paga en los supermercados y comercios tradicionales un 443% más de la cantidad que los agricultores perciben al vender sus frutas y hortalizas en origen, según el Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos del pasado mes de enero, elaborado por la Confederación de Organizaciones Agrícolas y Ganaderos (COAG).
La factura de las verduras y hortalizas se encarece después de pasar por numerosos eslabones en la cadena de distribución. Aumentos de precio que varían en función de numerosos factores y son mucho mayores en unos productos agrícolas que en otros.
La patata (635%) y la cebolla (620%) fueron en enero los productos donde más aumentó el precio de origen a destino final, mientras el aceite de oliva virgen (81%) y el champiñón (93%) fueron los que registraron un menor incremento.
Con estos datos en la mano, en pleno estallido de las protestas para denunciar la situación del campo, los agricultores y el propio Gobierno han dirigido el foco hacia los grandes distribuidores y cadenas de supermercados.
Sin embargo, la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED) achaca el actual conflicto con el campo a problemas estructurales de los agricultores y afirma que en los súper e hipermercados sólo se vende un 11% de las frutas y hortalizas producidas en España, frente al 52% que se exporta a otros países y el 9% que se vende en comercios tradicionales.
"Comparar los precios de origen y destino olvidando todo lo que sucede entre medias es desconocer la realidad de nuestra economía y del sistema de la cadena de valor, y obviar el valor del trabajo de todos los procesos y profesionales que intervienen a lo largo de la cadena. El problema de los precios de origen responde a los propios mercados en origen y no a los procesos sucesivos de comercialización", afirma Aurelio del Pino, presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), que representa a Auchan Retail, Grupo Carrefour, Grupo Eroski, Lidl y SuperCor.
El viaje del tomate: de 0,55 a 1,99 euros
Escogemos un producto cuyo encarecimiento durante la distribución se sitúa en la mitad de la tabla anterior: el tomate de ensalada. Para tratar de entender por qué su precio pasa de los 0,55 euros por kilo en origen a 1,99 euros en destino final (un 262% más), y confrontar las versiones de productores y distribuidores, recreamos el viaje que lleva al tomate desde un invernadero en Almería hasta los lineales de una tienda en Madrid.
"A grandes rasgos, existen dos canales de distribución: el moderno y el tradicional", explica Andrés Góngora, productor de tomate almeriense. En el primero de los casos, a través de una cooperativa o sociedad agraria, el productor vende el tomate directamente a la red de distribución los grandes cadenas de supermercados.
En el segundo, el que Góngora denomina como "canal tradicional", el producto va a una cooperativa o almacén donde es etiquetado y envasado, posteriormente vendido a una alhóndiga local o a un mayorista que lo transporta hasta Mercamadrid para su posterior venta a tiendas, fruterías y negocios de hostelería de la capital española.
Costes dispares
A pesar de que hay menos intermediarios, según los productores, los canales de venta directa a los supermercados no acaban siendo precisamente los más beneficiosos para los agricultores ni para el consumidor.
"Cuando se va a enviar el tomate a Mercamadrid, el precio de lavado, acondicionado, etiquetado y empaquetado es de entre 0,06 y 0,08 euros, pero en el caso de la venta directa a los supermercados el coste de ese mismo proceso se eleva a entre 0,10 y 0,11 euros", asegura Góngora.
"En los últimos años los supermercados presionan para imponer una serie de proveedores a los que tienes que comprar el cartón de las cajas, el papel y hasta la tinta de las etiquetas. Son proveedores que van a comisión con los grandes supermercados y venden más caro", afirma este productor almeriense. "Son lentejas, si no aceptas le compran el tomate a otros".
Transporte
Una vez envasado, si se opta por el canal tradicional, el tomate se vende a un mayorista o distribuidor que se encarga de llevarlo hasta Madrid. "En el caso del transporte, el mayorista que lleva el tomate del almacén o cooperativa hasta Mercamadrid eleva el coste otros 0,08 euros el kilo de media por el transporte", afirma Góngora.
Al llegar a Mercamadrid, el precio del tomate ha aumentado hasta los 0,75 euros. Allí el tomate de ensalada se vendió en enero a un precio medio de 0,96 euros el kilo, otro incremento del 12%, según los propios datos de Mercamadrid.
El frutero, tienda, restaurante o supermercado final, que en muchas ocasiones contrata a un distribuidor o transportista para que le lleve el producto desde Mercamadrid, acaba vendiendo a 1,99 euros el kilo el mismo tomate que en origen Andrés Góngora vendió en Almería por 0,55 euros.
Si en lugar de utilizar el canal tradicional, Góngora hubiese optado por la venta directa a los supermercados, el precio del transporte del tomate sería mayor, según su versión.
"En ese caso el transporte se encarece hasta entre 0,12 y 0,14 céntimos. Igual que con el envasado, te imponen unas agencias de transporte y distribuciuón determinadas. Carrefour a Socomo, Lidl a García Alor. En realidad, nunca vendes directamente a las grandes superficies sino a los filiales o intermediarios que trabajan en exclusiva para las grandes cadenas", afirma Góngora.
Los supermercados se defienden
Ante esta situación, los agricultores piden al Gobierno que se fijen precios justos y que se les otorguen bonificaciones a la seguridad social para hacer frente a la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Por su parte, el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha puesto el foco en los precios y los márgenes de beneficio de las grandes superficies y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidió esta semana a cadenas de supermercados que reflexionen y hagan "autocrítica".
Sin embargo, desde el sector de los supermercados no quieren quedar como los malos de la película. Tanto ACES como la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED) han mostrado su disposición a sentarse a negociar con el Gobierno y los productores para buscar soluciones, pero consideran que los actuales problemas del campo español responden a problemas estructurales.
Las grandes cadenas recuerdan que el 52% de la producción agraria española se destina directamente a la exportación. Por lo que, de acuerdo a sus cálculos, solo el 11% de los productos agrícolas españoles se vende en supermercados e híper
"Somos los primeros interesados en encontrar una solución. Sin embargo, hay que poner las cosas en contexto. Es cierto que somos uno de los principales actores de la cadena de distribución, pero no el único", señalan fuentes de ANGED consultadas por Vozpópuli.
Los costes para los supermercados
Desde el sector recuerdan que, según datos del Ministerio de Agricultura, el 52% de la producción agraria española se destina directamente a la exportación. Por lo que, de acuerdo a sus cálculos, en el caso de frutas, verduras y hortalizas, un 9% de la producción total se vende a través del comercio tradicional y los mercas y un 11% restante a través de supermercados e híper. Además, aseguran que el margen neto total de las grandes superficies apenas alcanza el 2-3%.
"Hay que tener en cuenta los costes de mantener nuestra red de tiendas, los salarios de los casi 260.000 empleados del sector, el pago de impuestos y de licencias específicas, los costes de seguridad alimentaria y sanitaria que asumimos", explican fuentes de ANGED. "Es importante buscar soluciones de futuro, que permitan a los agricultores a ser más competitivos, aprovechar economías de escala y ofrecer a sus clientes de la mayor estabilidad", concluyen.